En 1916 Sophie Lefèvre regenta un pequeño hostal en un pueblo francés que ha sido asediado por los alemanes. Hace meses que no sabe que es de Édouard, su marido, ya que está en el frente. Las noticias van y vienen, la esperanza se va perdiendo pero lo único que parece incorruptible es el retrato que Édouard le hizo cuando todavía pintaba y podía vivir como el artista que era. Pese a las advertencias, Sophie se niega a quitar del salón comedor 'La chica que dejaste atrás', una decisión de consecuencias imprevisibles para su vida y la de su familia...
Si hay algo por lo que sigo leyendo a Jojo Moyes es por la versatilidad que tiene contando historias. Los lectores más exigentes quizá la tilden de autora menor o de escritora best - seller, pero cada novela suya tiene un tema que abre debate y que podría llenar horas y horas en cualquier programa de televisión. Con 'La chica que dejaste atrás' nos sorprende con una trama de la que personalmente sé poco: el expolio de obras de arte durante la guerra y periodo de entreguerras.
A través de Sophie y de Liv los lectores somos partícipes de un proceso que, aunque en este caso sea ficción, haya abierto muchas heridas y cerrado tantas otras. En tiempos convulsos valía cualquier cosa, y el robo de cuadros y otras obras fue constante en una Europa devastada en lo que lo único que importaba era poder sobrevivir una noche más.
Y es que Jojo Moyes es una de esas escritoras que si te gusta, devoras todo lo que cae en tus manos.
La trama, los personajes (protagonistas y secundarios), las historias paralelas, la ambientación, el ritmo ágil y a la vez sosegado, el final cerrado... Todos son elementos que la autora sabe maridar a la perfección para obtener un resultado exquisito.
Si os gusta Jojo Moyes, 'La chica que dejaste atrás' os encantará. Si es la primera novela que leéis de la autora, seguro que os deja con ganas de más.
Una historia inolvidable.