[5/10] ¿Cuánto vale la vida de un hombre? ¿Y su dignidad?. Todo dependerá de a quién se lo preguntemos. Al menos, eso es lo que se desprende de “La chispa de la vida”, tragicomedia dirigida por Álex de la Iglesia en torno a un publicista en paro que un día sufre un accidente rocambolesco… y los medios se rifan la exclusiva. Ese hombre que se precipita desde lo alto del nuevo Teatro Romano de Cartagena -agarrado a la escultura de una Venus, metáfora del amor que le ha llevado hasta allí- es Roberto, un individuo enamorado de su familia y un tanto desesperado de la vida. Ahora, con una barra de hierro incrustada en la cabeza, ve la oportunidad de ganar un dinero para los suyos y dejar de ser un fracasado. Tiras y aflojas entre corruptos empresarios, políticos oportunistas y periodistas sin escrúpulos… en una situación tan absurda y esperpéntica como inequívoca para mostrarnos una sociedad que vive de la imagen, del dinero o de la mentira.
Bajo la aparente ligereza de la cinta, Álex de la Iglesia hace una crítica mordaz, aunque demasiado obvia y poco sutil, hacia quienes convierten la vida en un escenario donde todo está en venta, donde la máxima de ganar dinero se impone a cualquier otro principio, donde los amigos de ocasión actúan como buitres buscando a quien desangrar, donde se llega a vender el alma por amor o por mezquindad. Menos mal que aún quedan algunos hombres buenos dispuestos a consolar a quien sufre (el guarda de seguridad Claudio es una buena persona), algunos periodistas que saben respetar el dolor ajeno y bajar la cámara (aún a costa del futuro), algunas mujeres que no se venden y que dan muestras de integridad. Frente a ellos, otros personajes simbólicos, grotescos y estereotipados -licencia que le otorga el género-, con caricaturas de políticos y periodistas sin principios, con hijos que respiran libertad y sentimiento -signos de nuestro tiempo-, y con un espectáculo tan morboso como penoso es el negocio mediático.
En su debut cinematográfico, José Mota tiene un papel a su medida, entre el gesto cómico que hace reír y la hazaña que conmueve al espectador hasta la lágrima, mientras que Salma Hayek pone la nota sentimental y se presenta, ante todo, como un acierto de casting para acercar la cinta al melodrama sudamericano de sobremesa… pues su puesta en escena y la planificación tienen mucho de televisivo. Por otra parte, los secundarios están a la altura de este esperpento un tanto castizo y excesivo, en especial Fernando Tejero y Blanca Portillo como oportunista despiadado y patética directora del museo respectivamente. Acertado giro argumental con la concesión de la entrevista por parte de su esposa, y conmovedora escena cuando la periodista saca lo mejor del entrevistado (ejemplo modélico de honestidad) entre el lloro generalizado -e indisimulado- de actores y espectadores, y con la inestimable ayuda de la banda sonora.
El guión es irregular y la historia poco original, estirada a partir de una sola idea y con un mensaje evidente y simple. A un inicio perezoso y de poca fuerza narrativa, le sigue un desarrollo repetitivo y abonado al exceso melodramático. No trata de profundizar en una realidad tristemente cómica ni de recorrer territorios realistas (aunque se mueve muy pegado a la calle, y de forma desencantada), mientras que consigue algunos momentos con cierta chispa y una relativa y leve risa o sonrisa. El director sabe, sin embargo, mantener al sufrido Roberto entre el frente de la vida y la muerte, de la carcajada y la lágrima, del irremediable tirón de publicista y la responsabilidad económica de padre. Todo en la película está un poco desinflado y vacío, carente de pulso y fuerza… por mucha sangre y negrura que pueda mostrarse, porque la intención es generar una chispa, una ilusión, una esperanza… para seguir viviendo en un tiempo de crisis económica y también de valores, para convertir el triste circo mediático en escenario de dignidad y orgullo.
Calificación: 5/10
En las imágenes: Fotogramas de “La chispa de la vida”, película distribuida en España por Alta Classics © 2011 Trivisión, Alfresco Enterprises y SAS La Ferme. Todos los derechos reservados.
Publicado el 19 enero, 2012 | Categoría: 5/10, Año 2012, Críticas, Tragicomedia
Etiquetas: Álex de la Iglesia, Blanca Portillo, ética, familia, Fernando Tejero, imagen, José Mota, La chispa de la vida, Salma Hayek