La economía de Cataluña ha entrado en un claro declive como consecuencia del proceso independentista que ha enfrentado a la sociedad catalana y la ha dividido por la mitad. Todos los datos indican que desde la Gran Recesión de 2009 la situación no va bien. Desde el referéndum ilegal para la secesión del 1 de octubre de 2017 cerca de 6.000 empresas han trasladado su sede a otros territorios, fundamentalmente en Madrid, que le ha tomado el relevo a Cataluña como motor económico de España.
En Canadá ya ocurrió lo mismo que está ocurriendo en Cataluña: el independentismo de Quebec generó retroceso del PIB y fuga de capitales y empresas. Tras el referéndum de 1980 su PIB creció menos que la media de Canadá y Toronto relevó a Montreal como capital económica.
En esta situación de retroceso, la reacción del conglomerado nacionalista, que cada día incluye con mayor entusiasmo a los socialistas, ha sido de bajeza y miseria política: decapitar a Madrid y paralizar su fuerte crecimiento económico. Y quieren lograrlo presionando al corrupto Pedro Sánchez, que siempre antepone sus propios intereses al bien común y a lo que es justo y razonable.
Madrid, por la sucia presión envidiosa de los nacionalistas catalanes y por culpa de un Sánchez corrompido y sin amor a España y a la justicia, es hoy una ciudad acosada por el gobierno socialista, que quiere ponerla de rodillas y empobrecerla a toda prisa.
El ataque del socialismo y del comunismo a Madrid es una de las operaciones políticas mas miserables y de baja estofa de toda Europa, sin otro motivo que la envidia y la venganza porque en Madrid las izquierdas pierden las elecciones y son humilladas en las urnas.
Sánchez alardea de que la situación de Cataluña es mejor que la que existía antes, cuando los golpistas e independentistas catalanes se rebelaron y quisieron destruir la unidad de España alcanzando su independencia. Pero esa apreciación es falsa porque si los catalanes que odian a España están más tranquilos y pacíficos es sólo porque están alcanzando sus objetivos sin disparar un sólo tiro y sin ejercer la violencia, gracias a la complicidad traidora de Pedro Sánchez y sus seguidores.
La Cataluña desleal y golpista está siendo mimada y favorecida por el gobierno socialista-comunista de Sánchez, que le entrega dinero abundante, inversiones y concesiones de todo tipo, un comportamiento repugnante que perjudica al resto de las regiones de España y precipita la democracia española en un lago putrefacto de arbitrariedad, desigualdad e injusticia del que el sanchismo y el comunismo deberán responder algún día, cuando la decencia y la democracia retornen a la política española.
Las ultimas concesiones al golpismo catalán antiespañol son de una indecencia e injusticia inéditas en la Historia moderna de España. Sánchez está despenalizando los delitos de sedición y malversación sin otro motivo que beneficiar a los políticos rebeldes y golpistas de Cataluña, condenados por la Justicia que el sanchismo burla y que hoy constituye la gran defensa de la dignidad y cordura en la nación española.
Francisco Rubiales