No sé cómo accedí a salir con él para tomar unas cervezas. Era feucho, desgarbado, sosaina, sin conversación. Menudo garrulo. Bebí de puro aburrimiento, para disimular los embarazosos silencios. Cogí un pedo de antología. Al final de la noche, cuando me impidió coger el coche y pidió un taxi, supe que sería el padre de mis hijos.
Texto: Mar Horno García.
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