Os adelanto que no me equivoqué de libro, que La ciudad de los ojos grises ha superado mis expectativas y estas no eran precisamente bajas, que he disfrutado de la historia, de ese Bilbao que se empieza a industrializar, del amor de los protagonistas, de la novela negra que se esconde dentro de la novela histórica que también podría ser una novela romántica, porque todos estos palos toca y todos con mimo y gran solvencia.
Solo lamento haber tenido esta novela tanto tiempo sin leer, a partir de ahora no dejaré de recomendarla, porque es una de las mejores lecturas de este mes y eso que no me puedo quejar del balance que arroja enero, muy positivo.
El autor:
Esto es lo que el autor nos cuenta en la solapa de novela, y quien mejor para presentarse que uno mismo.
La primera luz que vi fue la del cielo vizcaíno a mediados de la década de los sesenta. Aprendí a leer
Como fruto de mi afición por la fotografía, publiqué Villalpando, paisajes y rincones (2002) en homenaje al pueblo zamorano de mis padres. Desde entonces he realizado algunas exposiciones y he colaborado en la revista Paisajes.
Un accidente que me obligó a permanecer inmóvil durante casi dos meses fue la causa que me empujó a retomar mi pasión olvidada de escribir. La obtención de algunos premios con mis relatos me animó a emprender la aventura de mi primera novela: La sangre de los crucificados (2007), protagonizada por el doctor Zúñiga, un peculiar investigador del s. XVII, que también sería el personaje central de mi siguiente obra: Muerte Dulce (2009). Con la ciudad de los ojos grises regreso a mis raíces para crear una emotiva historia que me ha llevado escribirla más de dos años y toda una vida.
Argumento:
Tras varios años viviendo en París Alfredo Gastiasoro regresa a Bilbao cuando se entera de que Izarbe ha muerto. Su retorno pretende ser el último homenaje a la mujer que amó, pero pronto se convertirá en una pesquisa sobre las inquietantes circunstancias que rodearon su muerte.
Alfredo tendrá que enfrentarse a su propio pasado, reviviendo una historia de amor que coincide con la época en que Bilbao deja de ser una población casi rural para convertirse en una de las ciudades más prosperas del Viejo Continente.
Magníficamente bien ambientada en los primeros años del s. XX, y a medio camino entre la novela negra, el género histórico, el relato sentimental y hasta el de viajes, La ciudad de los ojos grises es, sobretodo, una bella historia de suspense y nostalgia, de amor por una mujer y una ciudad.
Mis Impresiones:
La ciudad de los ojos grises es una novela bella que te atrapa con sus distintas tramas, comienza en 1914 con una Europa convulsionada por la cercanía de la guerra, con unas comunicaciones díficiles entre Francia y España, con un París casi paralizado por la inminencia de la entrada en la confrontación bélica y ese es el entorno histórico en el que el autor nos sitúa la historia, a caballo entre España y Francia con dos realidades bastante distintas, a pesar de que un país puede mantenerse neutral, pero las personas no.
También ese es el momento en que Alfredo decide volver a Bilbao, al enterarse de la muerte de la mujer que amaba, para rendirle homenaje, sin embargo a su llegada se encuentra ante un asesinato, y ante la imposibilidad de investigarlo por medios oficiales Alfredo se convierte en parte de la investigación de la mano de su amigo el Comisario Zumalde. Volver a Bilbao le ha supuesto enfrentarse a los fantasmas del pasado, a la ausencia de su madre, al secreto que le pesa desde que ella se lo confesó antes de su muerte, y a la ausencia de la que fue su primer y único amor.
Si en Europa se vive una guerra, España esta sumida en sus propios problemas, o más bien debería decir Bilbao, que comienza a industrializarse y esta sufriendo una transformación que no termina de agradar a los nativos. Está llegando mano de obra de toda España y el paisaje cambia a marchas forzadas, la situación por momentos se hace insostenible y ni siquiera dentro del mismo partido hay unanimidad. A ello se suma que la neutralidad que como país mantiene España no es extensible a sus ciudadanos y cada uno en defensas de sus intereses rema hacía el bando que más le conviene. Por lo que se convierte en un lugar donde los espías de uno y otro bando campan a sus anchas.
Como no puede ser de otro modo también existe la figura del policía corrupto, dispuesto a enmascarar pruebas, para salvar el pellejo del amiguete de turno y enriquecerse a costa de cometer ilegalidades, pero como bien dice el dicho a cada puerco le llega su San Martin y en ese caso no va a ser distinto, aunque también quedará puerco libre de la matanza.
La historia nos la cuenta Alfredo sin embargo esta escrita en tercera persona como si un narrador ominisciente cogiera las bridas , y comienza en 1914 y en el epílogo avanza hacia los años de la posguerra, en cuanto ya no puede volver a España no ya porque nada le ate a esta tierra sino porque la situación política no lo aconseja, cuando tantos huyen.
Félix nos ofrece un retrato del Bilbao anterior a la industrialización y nos muestra las transformaciones que esta sufriendo y como las viven las gentes, pasear de su mano por las calles de ese Bilbao de principios del s. XX es una delicia, la clase magistral de historia se agradece, puesto que la documentación pasa inadvertida, pero sin embargo debe ser el resultado de una investigación ingente que el autor ha sabido integrar en la historia.
La trama negra
Dentro de una novela que se puede presumir histórica no ya por estar ambientada en un periodo concreto de nuestra historia, si no por la cantidad de personajes reales que se pasean por sus páginas como pueda ser Indalecio Prieto, Perezagua, Sabino Arana, Miguel de Unamuno, Paco Durrio, Picasso, entre otros. La muerte de Izarbe marca el inicio de la trama negra, una línea muy bien construida, que mantiene la tensión en la investigación puesto que el propio asesino se lo confiesa al lector que va un paso por delante del comisario. Pero no será la única muerte que se producirá. Ni tampoco será el único misterio que se habrá de resolver, y es que la evolución de la novela te mantiene pegado a sus páginas.
Me ha gustado la forma en que el autor ha sabido integrar dentro de una misma novela los distintos géneros que ha usado para dar forma a esta historia bella e instructiva. Alfredo no tendrá un único frente abierto, a su necesidad de conocer al asesino de Izarbe se unirá la de descubrir el secreto que el confesó su madre antes de morir. Y ahí es donde yo he visto algo predecible la novela, eso o soy un lince porque yo lo intuí muy pronto y me dejó ese saborcito agridulce que para nada va a modificar la nota que tengo en mente.
La trama sentimental
Pero sobre todo es una novela de AMOR, si en mayúsculas, un amor imposible que no puede evitar sucumbir a la atracción, un amor que lucha contra viento y marea y que no acaba de fructificar, y la razón la conoceremos casi al final del libro, sin embargo lo vivido a través de los recuerdos de Alfredo, de esos flash back que asaltan su mente por las calles de Bilbao y Portugalete, es simplemente inolvidable ¿Quién no quisiera un amor así?
A riesgo de repetirme considero un acierto la combinación de los géneros de forma que ninguno de ellos gana en protagonismo absoluto y se van complementando.
Pero si la ambientación temporal me parece acertada por ser una época poco explotada y la espacial un acierto por el mismo motivo. Creo que lo más importante de esta historia son sus personajes y el carisma que destilan, y entre todos esos personajes destaca uno en especial, la ciudad de Bilbao que parece que tenga vida propia, que evolucione a la par de la novela.
Me voy a permitir la licencia de dar pinceladas sueltas de aquellos personajes que han llamado mi atención por un motivo o por otro.
Alfredo Gastiasoro: Es nuestro protagonista, enamorado desde su niñez de Izarbe la chica de las coletas, quiso el destino que ambos empezaran un noviazgo que terminó de forma fulgurante, y que dejaría a Alfredo completamente marcado, máxime cuando el afortunado que se terminó casando con ella fue su propio hermano. El destino les deparó una segunda oportunidad que no pudieron aprovechar.
Izarbe Campbell: Nuestra protagonista ausente, una mujer bella, adelantada a su tiempo, y con unas ideas poco aceptadas en aquella época, una mujer que podríamos tildar de valiente y luchadora, que terminó pagando su forma de actuar con la vida.
Javier Gastiasoro: Hermano de Alfredo y marido de Izarbe, todo un personaje lleno de dobleces que conviene no perder de vista. Posiblemente a quien menos he entendido y con el que menos he empatizado.
Fernando Zumalde: El comisario que decide desobedecer órdenes e investigar la muerte de su amiga, y como con un cadáver no andaban servidos, dos fiambres más se unieron a la causa, haciendo avanzar la investigación y ayudandoles a atar cabos. Amigo de la niñez de Alfredo y de la adolescencia de Izarbe
No son los únicos, hay muchos más entre los ficticios y los reales, todos ellos dibujados con esmero y con personalidades diferentes, algunos incluso me atrevería a decir que arrolladora, ninguno te dejará indiferente y a cada uno lo odiarás o lo amarás según el punto de vista que hayas adoptado en la lectura, puesto que todos los personajes tienen claro oscuros en su vida, más sombras que luces, siempre se empatiza más con uno que con otro, pero yo terminé entendiendo que no justificando la actuación de cada uno de ellos. Incluso la mítica Mata Hari tiene su momento de gloria en esta novela.
Conclusión
Sumergirte en la lectura de La ciudad de los ojos grises es iniciar una aventura a principios del s.XX cuando los trenes todavía eran de vapor y una de las principales alternativas para viajar, con sus vagones de clase alta y los de tercera clase. Darse un paseo por el Bilbao de la industrialización y conocer la gestación del partido socialista y de las ideas nacionalsocialistas de Sabino Arana, observar la transformación de un paisaje casi agrario en otro distinto con mucha mano de obra venida desde fuera y que comenzó a generar tensiones en la zona.
Al tiempo que supone conocer una historia de amor que se mantiene a lo largo del tiempo a pesar de su imposibilidad porque el corazón siempre alega razones que la razón no entiende. Un largo paseo que te llenará de nostalgia, la que destila su personaje principal, de incertidumbres, de miedos y en ocasiones de impotencia, porque el billete de tren también te lleva a los bajos fondos, aquellos en los que se mueven los desheredados pero también los policías corruptos y los ricos sin escrúpulos.
Os recomiendo su lectura tanto si os gusta el género negro como si abobinais de él porque seguro que en los otros géneros encontrareis motivos suficientes para que os guste tanto como a mí.
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12 meses, 12 libros