La ciudad sin judíos: el libro que predijo el holocausto (I)

Publicado el 20 marzo 2017 por Carmoran @ensayistica

El ensayo de hoy versa sobre cómo una sátira es convertida en tragedia por la crudeza de la realidad, y cómo los escritores son, irremediablemente, la voz de la sociedad. Hugo Bettauer probablemente no imaginaba que La ciudad sin judíos era una predicción (muy optimista) de lo que estaba a punto de pasar en Europa. Esta novela cuenta la historia de los estragos que supone para la Viena de los años 20 la expulsión de todos los judíos, de las consecuencias que eso acarreará para todos, y de cómo un joven judío llamado Leo Strakosh usa su ingenio para tratar de recuperar su vida en su ciudad natal, y sobre todo, para poder casarse con su prometida.

Vayamos primero al contexto histórico durante el cual Bettauer escribió su historia. La guerra austrohúngara de 1914 supuso un punto de inflexión tanto en la historia europea como en la austriaca, lo que provocó no solo miles de inválidos y desempleados en las calles, sino un auge de ideologías extremas. Hasta 1922, justo cuando Bettauer publica su libro, podemos resumir la historia de Austria en desórdenes sociales, inestabilidad política, fluctuaciones en el cambio de moneda, recortes en gasto públicos, reducción de empleo, y enfrentamientos entre socialcristianos y socialistas. Como podréis ver, no hay nada que nos resulte familiar. Dentro de este caos económico y social, había una minoría que, de una manera u otra, parecía no tener ningún problema para subsistir mientras el resto de la población se hundía en la miseria, y esa minoría eran los judíos.

Antes dije que Bettauer escribió una sátira sobre la situación en Austria respecto a los judíos, y en una sátira convierte el por qué del odio a los judíos: usureros, ambiciosos, conspiradores, tiranos, pero sobre todo, brillantes y poderosos. De hecho, hubo ciertos momentos en los que se podría considerar que el autor pecaba de prepotente al calificar a los judíos como superiores en prácticamente cualquier ámbito de la vida vienesa, ya fuera ámbito económico o cultural, pero bajo una lectura aguda no es difícil llegar a la conclusión de que las paradojas que el autor usa respecto a los judíos no tienen más ánimo que parodiar los clichés (ciertos o no) que sobre ellos recaían, y que como Bettauer predijo, les llevarían a la penosa condición de apestados. Y sin embargo, parece que el autor escondía un buen as debajo de la manga:

"Con su enorme agudeza intelectual, con su sentido cosmopolita desligado de toda tradición, con su elegancia gatuna, su relampagueante rapidez de captación, con sus capacidades agudizadas por una opresión milenaria, nos han derrotado, se han constituido en señores y se han apoderado de toda nuestra vida económica, intelectual, y cultural."

Estas son palabras dichas por el canciller que deseaba imponer la ley anti-judía, un hombre que bien podía haber sido el Hitler austriaco. ¿Pero acaso Hitler diría que los judíos eran tan inteligentes, cosmopolitas, rápidos, y agudos que había que expulsarlos inmediatamente del país? El nazi que se atreviera a decir tal cosa hubiera sido acusado de simpatizante judío al momento. No olvidemos que lo que se promulgaba durante la época nazi era la inferioridad del pueblo judío respecto a la raza aria, uno de los motivos principales por los que los campos de concentración fueron preparados.

Con la cita antes mencionada, Bettauer está siendo muy sagaz con lo que según él consideraba que era el verdadero motivo del antisemitismo, y es la envidia. En el libro nos vamos a encontrar que los judíos eran los periodistas más hábiles y perspicaces, que el poderío cultural de Austria estaba en sus manos, y que la riqueza que el país en general disfrutaba era gracias a su talento para las finanzas. Aquí nos podemos plantear entonces dos preguntas: ¿estaba siendo Bettauer prepotente respecto a su propia condición de judío, o simplemente mostraba lo que no se podía confesar en voz alta? Son solo dos interrogantes, pero son demasiado complejos como para figurarse cuál era la intención del autor mostrando el antisemitismo de esta manera. Solo una cosa es cierta, y es que lo único que Bettauer podía ganar publicando un libro así en un ambiente abiertamente hostil contra el judío eran persecuciones, con lo que podemos concluir que no necesitó acudir a la memoria histórica para denunciar lo que él consideraba un trato degradante por parte de la sociedad, sino que simplemente escribía la información del ambiente en el que vivía.

En la segunda parte hablaré sobre el efecto que tuvo la ley anti-judía en toda Austria, y de cómo Leo Strakosh se convierte, casi sin quererlo, en el ejemplo de una de las acusaciones más extendidas contra los judíos: conspirador.

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Fuente de las imágenes:
https://www.libreriaalberti.com/libros/la-ciudad-sin-judios/9788437635989/

https://es.pinterest.com/chrvosco/history-people-and-ideas/

https://pt.slideshare.net/charela01/hitler-y-el-nazismo