La ‘ciudadanización’ de Vox

Publicado el 24 junio 2023 por Manuelsegura @manuelsegura

Morir de éxito es esa expresión que se suele utilizar cuando la incapacidad para gestionar una prometedora situación puede terminar en fracaso. Le ocurrió a Ciudadanos, en su día, que llegó a tocar el cielo con los dedos. Sin embargo, la impericia y la ambición desmedida de su líder Albert Rivera lo condenó a caer al pozo del olvido. Algo parecido le puede ocurrir ahora a Vox, la formación que lidera con mano de hierro Santiago Abascal. Llegado el momento de posicionarse ante la disyuntiva de apuntalar o no a gobiernos del PP, el partido mantiene un discurso yerto en comunidades como la de Murcia. 

En el caso que nos ocupa, empecinado en tocar pelo entrando a toda costa a formar parte del Ejecutivo regional. La joya de la corona sería la consejería de Agricultura, que quedará vacante en los próximos días una vez que su titular, Antonio Luengo, haya sido incluido en la lista del PP al Senado de cara a las generales del próximo 23 de julio. Todo apunta a que Vox la quiere para sí, con la incorporación, además, de las competencias de Medio Ambiente y Mar Menor, que ahora ostenta Juan María Vázquez. Esa es la apuesta de Vox para no bloquear, previsiblemente, el 4 y 5 de julio, la investidura de Fernando López Miras en la Asamblea Regional. Otra cosa es lo reiterativo del mantra del PP: eso de que la ciudadanía les otorgó el 43% de los votos y el mandato claro para gobernar en solitario.

Si Vox lograra hacerse con el departamento de Agricultura, más las competencias medioambientales y del Mar Menor, constituiría la cuadratura del círculo para un partido que ha tenido en el campo de Cartagena un auténtico semillero de votos basado en su defensa a ultranza del sector, «demonizado» en gran medida por el deterioro experimentado por la laguna con los vertidos continuados de nutrientes agrícolas a sus aguas.

Y si por el empecinamiento de Vox la ciudadanía de la Región tuviera que acudir a las urnas, por tercera vez en el plazo de seis meses, la primera que no lo entendería sería la propia gente de derechas. Aunque tampoco a la izquierda le resultaría esto muy beneficioso. Algo que podría conllevar decepción en el seno del electorado de Vox que, en parte, y apelando al voto útil, se plantearía cambiar su papeleta por la del PP, aupando a esta última formación a la ansiada mayoría absoluta, que no alcanzó el 28M por tan solo un par de escaños. 

Es por esto por lo que los de Abascal deberían aprender de la experiencia pasada de Ciudadanos. Pudieron ser los reyes del mambo y, cuando se apagó la música, se quedaron solos, con las maracas en la mano, compuestos y sin novio. Ya se lo advirtió en su momento el comediante Albert Boadella, cofundador de aquel partido que tantas esperanzas generó, cuando aseguraba que no creía que esto fuera a ser el séptimo cielo, pero que Ciudadanos debió plantearse cambiar su nombre por el de Partido del Oportunismo: “Yo, cuando convenga, voy a hacer cosas de la izquierda; otras veces, de la derecha y, cuando toque, del centro”. Y Vox, aunque no dé tantos bandazos, con su cerrazón manifiesta, puede verse abocado al precipicio. Tiempo al tiempo.

[eldiario.esMurcia 24-6-2023]