Toda esta brillante civilización, descrita en anteriores artículos, va a presentar un dramático final que se va a desarrollar en lo que podríamos definir como dos grandes actos. La primera de las fases de destrucción de la civilización minoica va a venir determinada, seguramente, por una serie de catástrofes naturales. Hemos de recordar que Creta se encuentra en una zona de frecuentes movimientos sísmicos. Lo único que queda claro es que los palacios presentan niveles de destrucción y se produce un decaimiento económico y cultural en toda la isla.
Debió de producirse, así mismo, una crisis de la conciencia colectiva tal y como refleja el yacimiento de Anemospilia en el que se estaba realizando un sacrificio humano en el momento que un movimiento telúrico derribó el techo del santuario, preservando así esta ceremonia hasta nuestros días. Aún así, y pese al duro golpe sufrido, la civilización minoica no sólo se recuperó sino que , a partir de este momento desarrolló su fase de máximo esplendor: la de “los segundos palacios”.
No obstante, una segunda gran catástrofe acabaría, esta vez de manera definitiva, con la brillante cultura cretense. Parece ser que la base de esta destrucción definitiva se encuentra en la explosión de la isla de Thera (actual Santorini). Curiosamente, en dicha isla había un importante foco de cultura minoica que, tal y como ocurriría siglos más tarde en Pompeya y Herculano por la erucción del Vesubio, fue preservada por la ceniza volcánica.
A la erucción volcánica la habrían seguido una serie de enormes oleajes, violentos terremotos y una lluvia de ceniza venenosa que habría inutilizado los campos de cultivo. Aprovechando la confusión causada y, quizás, la destrucción de la flota cretense, los micénicos habrían llegado a la isla para quedarse. En esta ocasión, tal y como señalamos, los minoicos no se repondrán y la isla se convertirá en una región periférica del mundo micénico hasta que dos siglos más tarde, por causas que aún son un misterio, esta civilización también encontrara un final brusco y brutal.
De esta forma, no sólo desapareció la civilización minoica sino que hasta su recuerdo desapareció de la mente de los griegos. Éstos solo recordaban una serie de mitos sobre el poderoso rey Minos y su reino en la isla de Creta. Habría que esperar a Evans para que esta civilización fuera sacada del olvido mas absoluto.
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