Este año la clausura del grado de se llevó a cabo en cuatro conciertos, uno por cada año de la carrera. Los denominados Imaginario I, II, III y IV pusieron a prueba los conocimientos de escritura, instrumentación y creatividad de los estudiantes. Cada estudiante ha llegado a esta etapa de su aprendizaje con una influencia de estilos musicales muy diversa. Este reconocimiento y atención por parte de los profesores los ha invitado a trabajar de manera conjunta para reforzar sus herramientas armónicas y "adquirir nuevas técnicas y posibilidades expresivas", como comentó el profesor Israel López.
Cada Imaginario está pensado para profundizar en la composición de diferentes estéticas musicales, donde distintas formaciones interpretan las obras. Música impresionista, jazz y sus fusiones, música electroacústica y contemporánea complementan el trabajo realizado en otras asignaturas donde se trabaja el pop, rock, funk y otras músicas urbanas.
El objetivo de cada curso es impulsar el que cada estudiante encuentre, o por lo menos, encamine su propio carácter musical. Y para alcanzarlo, se planteó el desafío de componer para diferentes ensambles, compuestos por músicos profesionales. En aras de lograr un mejor resultado, TAI invitó a los músicos profesionales a realizar una lectura previa de las piezas. Gracias a ello, los estudiantes tuvieron la oportunidad de ajustar y enriquecer sus composiciones. Además, contaron con la libertad de participar sobre el escenario, a través del canto o del instrumento que eligieron interpretar.
De esta manera, tal como recordó el alumno Melquiades Álvarez, consiguieron "entender cómo suena, realmente, la música que se escribe a través de la práctica y así identificar qué dificultades aparecen o qué texturas funcionan en vivo o no, para saber cómo escribir de cara al futuro". Esta comprensión, notable en el desempeño de los estudiantes en cada concierto, hace resonancia con la visión del docente quien los invita a "ser cada día más autónomos y conscientes de su yo creativo".