La cobardía y la inutilidad de la ONU

Publicado el 18 marzo 2011 por Franky
El conflicto de Libia ha ONU ha demostrado, una vez más, que la ONU no sirve para nada y que merece ser clausurada y sustituida por una organización de naciones democráticas, más ética, igualitaria y menos dominada por el sucio juego de las grandes potencias. Aunque finalmente ha autorizado un ataque aliado, durante demasiados días, Naciones Unidas ha perminecido bloqueada, sin hacer nada y permitiendo que el pueblo de Libia haya sido masacrado por el tirano Gadafi, sólo porque pedía más libertad y justicia.

La ONU se ha convertido, con el tiempo, en una organización inútil, costosa, corrupta e injusta, que funciona más como un obstáculo que como una ruta hacia la paz. Su Consejo de Seguridad, donde los grandes poseen veto, es un escandaloso monumento a la desigualdad y a la ventaja, mientras que su Asamblea General es el espacio que utilizan estados dictadores y delincuentes para sentarse en igualdad de condiciones con demócratas y gente honrada.

Es difícil encontrar en el mundo una institución más cargada de oprobio y vileza que la ONU. Ha permanecido inmovil ante masacres e injusticias lacerantes, ha bendecido ocupaciones y crímenes y ha quedado manchada en no pocas ocasiones por el delito, cuando sus enviados pacificadores, los cascos azules, han masacrado poblaciones, han violado niños, han vendido alimentos básicos y protagonizado otros muchos escándalos y corrupciones despreciables.

Una organización que permite que dictaduras como Cuba sean responsables de su comisión de Derechos Humanos tiene que ser una organización corrupta y canalla. Una institución de paz y justicia internacional donde el voto del tirano sanguinario Mahmud Ahmadineyad valga lo mismo que el de un demócrata limpiamente elegido por su pueblo o que la opinión de una nación de mil millones de habitantes tenga el mismo peso contable que el de un Estado minúsculo, de apenas unos miles de habitantes, constituye un monumento a la ineptiitud de la clase dirigente mundial y a la baja calidad de la justicia y la política humana.

Muchos pensadores y expertos han certificado cientos de veces la necesidad de enterrar a la ONU en el olvido y sustituirla por una organización integrada exclusivamente por democracias reales, respetuosas con leyes éticas que realmente sustenten la justicia universal y el respeto a los grandes valores, un objetivo hermoso que ha sido torpedeado no sólo por los dirigentes totalitarios del planeta, sino hasta por mediocres representantes de democracias degradadas que se han apoyado en esa inmensa cochinera mundial para obtener más influencia y voz.

El mundo está cambiando y sufriendo grandes injusticias y traumas ante los ojos de una ONU que no opina, no reacciona y que se consume en su costosa e inútil burocracia, convertida en un cementario mundial donde algunos dirigentes a los que nadie escucha acuden para pronunciar discursos altisonantes. La ONU no ha cumplido papel alguno relevante ente los grandes acontecimientos de la historia moderna y, cuando ha tomado decisiones o intervenido, siempre ha sido como consecuencia del poder de veto y del dominio que las grandes potencias ejercen en su poderoso Consejo de Seguridad.

La arruinada y desprestigiada España de Zapatero es uno de los paises que, inexplicablemente, apoyan con mayor énfasis y más dinero a la ONU. España, a pesar de su ruina y de los sufrimientos que su pueblo, víctima del despilfarro de sus gobernantes, del desempleo masivo y del avance de la pobreza, está padeciendo, sigue siendo uno de los mayores contribuyentes mundiales al sostenimiento de ese organismo mundial, al que también apoya con especial énfasis político, para vergüenza de los demócratas.