La Coca-Cola de Zhúkov

Por Grisom_es @JuanjoOrtizCruz
El mariscal soviético Georgui Zhúkov, uno de los comandantes más destacados de la Segunda Guerra Mundial, se quedó enganchado a un refresco de origen capitalista, uno de los mayores iconos norteamericanos, la Coca-Cola.
La Segunda Guerra Mundial fue la campaña de marketing de más éxito jamás realizada por The Coca-Cola Company. Construyó 64 fábricas en el norte de África y en Europa, desde las que se distribuyeron más de 5 mil millones de botellas a los soldados aliados en todos los frentes de batalla. Tambien tuvo un éxito sin precedentes durante los juegos olímpicos de Berlín de 1936 al convertirse desde entonces en la bebida de los acontecimientos deportivos.
Según "For God, Country and Coca-Cola", de Mark Pendergrast, el primer sorbo a este refresco que dio Zhúkov, fue en un encuentro con el general Dwight Eisenhower, que le ofreció una botella de su refresco favorito. Tras el encuentro empezó a discurrir el modo para poder beberla sin que con ello pareciera que se había rendido al capitalismo norteamericano. A través del presidente Harry S. Truman, Zhúkov se puso en contacto con importantes directivos de Coca-Cola Company para buscar una solución. Finalmente acordaron cambiar la famosa botella, reconocible en el mundo entero, por una lisa y transparente, colocar una estrella roja en la chapa y eliminar su característico color oscuro. Asi se parecería más al tradicional Vodka. La fábrica de la compañía en Austria se encargaría de fabricarla. Por supuesto no se llamaría Coca-Cola, se llamaría "White Coke". El primer envío fue de 50 cajas en 1946.

Eisenhower disfruta de una Coca-Cola en Linz, Alemania. 1945. 

Lo que en un principio era el capricho de Zhúkov se podía convertir en un suculento negocio para la compañía norteamericana. A pesar de los problemas que tuvo en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial para la producción y distribución de Coca-Cola, lo que dio lugar a la popular Fanta y las cada vez peores relaciones entre la Unión Soviética y sus aliados capitalistas, la empresa estadounidense consiguió los permisos de aduana para entrar en la Unión Soviética. Mientras otros productos, que tras meses y meses de espera podían ser finalmente rechazados, la White Coke no tuvo problemas con las autoridades aduaneras. La Coca-Cola estándar tenía que pasar por la zona austriaca controlada por los soviéticos para llegar a la planta embotelladora de Viena donde se fabricaba la Coca-Cola para Zhúkov. A pesar de la afición del mariscal soviético por la Coca-Cola blanca, la empresa apenas lanzó al público su White Coke y se produjo casi en exclusiva para Zhúkov.
Coca-Cola como buen símbolo del capitalismo siempre ha sabido aprovechar cualquier oportunidad de negocio. Fue la bebida de los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936 o la de las Hitlerjugend, pasó de ser una bebida Kosher apta para los judíos a regalarlas cuando estaba cayendo el Muro de Berlín en noviembre de 1989. La Coca-Cola era tan importante para la moral de los soldados que algunos soldados preguntaron durante las operaciones del Día D si:"¿la Coca-Cola desembarca en la primera o la segunda oleada?"
Muchos años después, en 1992, Pepsi, la gran competidora de Coca-Cola, lanzó la "Crystal Pepsi", pero apenas tuvo repercusión. Finalmente quedó relegada a los nostálgicos y coleccionistas. Lo mismo paso con la "Tab Clear" de Coca-Cola. En lo que Pepsi si ganó a Coca-Cola fue en convertirse en la primera marca estadounidense comercializada en masa en la Unión Soviética en la década de los setenta. Coca-Cola no lo hizo hasta 1985.
Para saber más:
For God, Country and Coca-Cola, de Mark Pendergrast
Una historia del mundo en seis tragos, de Tom Standage
The New York Times
Youtube
Rod Beemer
Russia Beyond
Historias de la Historia