* La red desde la que se filtró la información –se llama SIPRnet y es para uso de funcionarios del gobierno de USA- tiene más de un millón de usuarios. ¿Puede considerarse que algo que pueden consultar millares de personas es “secreto”? * Nadie ignora que una de las funciones de todo el personal de las embajadas y oficinas comerciales, -embajadores, secretarios, agregados- es la de recolectar chismes, trascendidos, opiniones. ¡Están para eso ya que, como decíamos al inicio, el espionaje de verdad se hace a través de satélites y otros medios! Luego, la sorpresa e indignación por las “revelaciones” de Wikileaks son pura actuación, más si tenemos en cuenta que ningún país está exento, pues todos usan a sus diplomáticos, viajeros, representantes etc. para reunir esta clase de información. * Es ingenuo creer que una empresa virtual que no llega al millar de colaboradores y tiene menos de un lustro de actividad sepa cosas que ignoran los servicios de información de países que cuentan con analistas capacitados, informantes voluntarios y pagos, tecnología y millones de dólares a su disposición.* Confirma lo anterior el hecho de que prácticamente no ha aparecido nada realmente confidencial. Sin duda embarazoso para USA y para muchos de los personajes mencionados pero nada dramático y solo útil para que algunos funcionarios aparezcan mucho en TV. Eventualmente, un periodista o una agencia de noticias podrían ser los primeros en enterarse de alguna infidencia y/o en publicar una novedad pero difícilmente puedan considerarse difusores de la verdad, ni de toda la verdad ni mucho menos de “nada más que la verdad”.
Finalmente: Wikileaks tuvo aciertos –la difusión de los documentos reservados del ejército americano- pero ahora está derivando hacia el terreno de los chismes por lo que habrá que ver si su fundador Julian Assange, termina pareciéndose más a Tinelli que a Bond.