A los ciento cinco años aún regenta su famoso restaurante en Marsella, guarda una pistola en el bolso y no puede evitar los pensamientos eróticos cuando se cruza con algún tipo interesante. Esta singular cocinera, marcada por dos hombres y un siglo, se toma la justicia por su mano matando a sus enemigos suavemente.
Lo más destacable, como conclusión, son sus siete mandamientos (es otra forma de vivir, pero que da mucho que pensar):
- Vivid cada día como si fuera el último
- Olvidadlo todo, pero no perdonéis nada
- Vengaos los unos de los otros
- Desconfiad del amor, se sabe como se entra, pero no como se sale
- No dejéis nunca nada en vuestro vaso, ni en vuestro plato, ni a vuestra espalda
- No dudéis en caminar contra corriente. Sólo los peces muertos la siguen
- MORIOS VIVOS
Pero en realidad no me ha gustado, me ha parecido demasiado condensado, y si estos mandamientos son parte de sus conclusiones, he pensado que daría para mucho más.