La Cofradía de la Flor Solar - La Cofradía de la Flor Solar (1971)

Publicado el 11 agosto 2023 por Moebius

Muy de vez en cuando hay discos donde quizás la música no sea, paradógicamente, lo más importante, y quizás no porque lo musical sea malo de dejado a segundo plano, sino porque la historia que ello representa es tan basta e importante que tiene peso histórico y significante ya de por sí. Este sería uno de esos raros casos... así que no vamos a hablar tanto de música, sino quizás de una época, una ideología, también de la situación política de la Argentina, de la "nueva ola" de aquel entonces, de artistas como Rocambole, de Skay, Pinchevsky, Kubero Díaz y tantos otros, del mítico sello discográfico "Mandioca", de los primeros pasos del rock argentino y sudamericano. Gracias a Mariano revivimos el mítico primer disco de La Cofradía, y nos sirve de disparador para un montón de temas de ayer que servirían perfectamente para hoy en día...

Artista: La Cofradía de la Flor SolarÁlbum: La Cofradía de la Flor Solar
Año: 1971
Género: Rock psicodélico
Duración: 30:13
Nacionalidad: Argentina

Porque La Cofradía de la Flor Solar no fue simplemente una banda de rock, fue eso y mucho más, o mejor dicho, fue la parte musical de una movida mucho más grande... una comunidad artística platense cuyos efectos llegan hasta hoy.
La disolución de la banda, en 1974, trajo aparejada, también, el fin de la vida comunitaria de "La Cofradía", ero ya eran un mito.
Aquí presento un pequeño texto introducotio para quienes vengan de lejos, en el tiempo o en el espacio, y no sepan de que estamos hablando:
La Cofradía fue una comunidad de músicos, intelectuales y artesanos fundada a mediados de los 60 en la Ciudad de La Plata, Argentina. Una comunidad de tipo hippie, aunque ellos mismos reconocían que cuando se organizaron como tal ni siquiera tenían referencia acerca del movimiento juvenil estadounidense.
La Cofradía fue un grupo que cultivó desde sus inicios la psicodelia y el rock. Vale mencionar que de aquel viejo grupo de artistas derivaron otras bandas reconocidas, entre las cuales la de mayor trascendencia fue Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.
Rock psicodélico argentino fruto de una comuna dónde siempre existían buenas ideas, por ejemplo para cambiar el mundo a través de la paz.
Varios de sus miembros formaron parte de La Pesada del Rock and Roll de Billy Bond. Perseguidos por los militares, Gornatti, Kubero y Jorge Pinchevsky viajaron a Europa con la idea de continuar allí la Cofradía. Con Miguel Abuelo tocaron como La Cofradía de la Nada. En Ibiza, tras la muerte de Franco, Gornatti, Kubero y Morci cantaban rock en castellano, algo inédito para España. Durante todo 1976 se presentaron en un discoteca de Barcelona, ya con Black Amaya como baterista. A fines de 1976 se contactaron con Miguel Cantilo, que se radicaba en España, y de allí nacería Punch. En el 2007 editaron "Kundabuffer", un material registrado analógicamente en Mendoza.
Grabaron un sólo disco en toda la década cuyo nombre fue simplemente La Cofradía de la Flor Solar con la producción de Jorge Álvarez, y que fue una primera aproximación al hard rock dado que desde los 8 temas del álbum se desprende un rock con fuertes influencias en Led Zeppelin, y de corte mas bien elaborado ya que desde un primer momento sus músicos se propusieron elaborar una música de avanzada.
El primer concierto en publico de la banda fue el 21 de septiembre de 1968. La grabación del primer disco no fue sencilla, por aquel entonces Miguel Grinberg comenzó a presentar las cintas por todas las compañías discográficas pero a ninguna le interesaba editar ese tipo de música que catalogaban de avanzada con ideas fantásticas y atemporales. Su primera grabación fue un simple llamado "La mufa" y "Sombra fugaz por la ciudad", de la mano del productor Manuel Román para RCA. Luego graban para Mandioca del cual solo se editó el tema "Juana" que salió en el compilado Pidamos Peras a Mandioca. Así llegan a grabar su primer LP en el sello Microfon con la ayuda de Billy Bond que ya se había convertido en un productor de varios grupos de rock.
Wikipedia
Y esta es una historia compleja, y repito, no voy a hablar del disco, no me interesa, quizás no desde el punto de vista musical, pero sí algunos cosas que representa este disco, o algunos de los innumerables puntos de vista en que podemos ver la historia de los cofrádicos platenses locos, en el que se cruzan momentos históricos, procesos sociopolíticos, arte, vida en comunidad, rebelión, búsqueda, miles de grupos de aquel entonces, de ayer y de hoy. El rock argentino en su época incipiente y los primeros pasos de lo que luego sería el movimiento masivo del rock en Argentina, eso y los hippies, los golpes militares y muchas cosas más...
Y bueno, este posteo recién empieza, así que ahora les dejo un video del disco y todo continúa más abajo.
Empezamos por este escrito donde se hace un jugoso contexto político de lo que se vivía en el país en ese entonces, y como surgen estos delirantes pacifistas en medio de todo ese merengue social que quizás tampoco está tan ajeno a la política de hoy en día, como todo... en este escrito se pueden percibir las semillas de muchas de las cosas que sucedieron posteriormente, o quizás que continúan sucediendo:
Ha llegado el momento de regresar a lo que podríamos decir que es una tradición de este humilde espacio, uno de los momentos más agradables de todos los que nos toca encarar post a post (por ser uno de los más cercanos al corazón de quien esto escribe, claro). Hablamos, por supuesto, de esta pretensión de rastreo que tenemos por entre las raíces de lo que se conoce como rock argentino, a través de los primeros años de una tradición ya casi cincuentona que se reconoce como la de más avanzada de Latinoamérica. En efecto, el rock en Argentina fue el primero de todos los que se hicieron en habla hispana en tomar un cariz propio, personal y diferenciarse así de las imitaciones del pop y el primer rock & roll que venían de afuera y que aquí se conocían como beat. Las causas de este fenómeno aparecen como fruto de un proceso sociopolítico muy complejo en el que se entrecruzan democracias y dictaduras generando una acuciante necesidad de expresión, pero no sería de extrañar que todas tuviesen su eje en la inquieta juventud argentina, siempre en la búsqueda de nuevas expresiones artísticas (no en vano es Buenos Aires una de las grandes capitales del arte latinoamericano). En efecto, aquí en nuestro país, allá por mediados de los ‘60, pegó fuerte la impronta libertaria que bajaba -irónicamente- desde los Estados Unidos en forma de un movimiento inocente, sencillo y sincero cuyos objetivos eran megalómanos (paz mundial, amor libre) pero sus modos no le iban en zaga por su ingenuidad. Hablamos, claro, del hippismo, que hizo base en la Argentina para instalarse como el espacio donde cientos de jóvenes con inclinaciones artísticas y filosóficas y sueños de grandeza se sentirían identificados y arropados con tibieza, para a partir de esta sensación identitaria comenzar a crear sus obras sin temerle al influjo censor de sus mayores y, claro está, del mismísimo gobierno nacional que para entonces -específicamente en 1966 a través de la autodenominada “Revolución Argentina” (?) que derrocó a Arturo Illia- regía los destinos de la juventud nacional con la mano de hierro que sólo pueden detentar quienes reivindican una forma de gobierno autoritaria y ultraconservadora. El hippismo, entonces, se antojaba como una forma de reacción no violenta pero decidida a los escollos que llevaba consigo aquella contemporaneidad en la que parecía que lo peligroso era la expresión libre de un piberío claramente disconforme con la manera en que le tocaba vivir y también, obviamente, con que el gobierno del país estuviese militarizado (recordemos que uno de los ejes de lucha del movimiento hippie original fue su antibelicismo militante). A partir del clima libertario que se percibía en el seno del hippismo argentino -que contrario a lo que hoy se conoce no era apenas un movimiento minoritario concentrado esencialmente en la capital sino que, como veremos, tuvo sus desprendimientos en otras ciudades- surgió una plétora de expresiones artísticas de amplia variedad. Los jóvenes involucrados con los loables valores de la movida comenzaron a sentirse naturalmente inclinados hacia las artes, camino a través del cual, amén de comunicar su filosofía, desarrollaban una vía de salida para sus inquietudes y alimentaban su inquieto espíritu. De los hippies argentinos nacieron periodistas, escritores, poetas, cineastas, artistas plásticos de todas las extracciones y, por supuesto, muchos músicos. Es más, si nos ponemos en putos (?) podemos decir que fue a partir de esta movida que el rock argentino tomó envión y despegó realmente. No en vano la primera grabación registrada como punto de partida, aquel legendario simple “Rebelde” de Los Beatniks fue compuesta por Moris, quien si bien no era un hippie en el sentido estricto de la palabra sí compartía bastante tiempo con muchos de ellos en el marco de aquellas también recordadas reuniones que se daban en La Perla del Once y La Cueva de Pueyrredón. Pero lo más fascinante del movimiento hippie argentino es que si bien su apogeo tuvo mucho que ver con el fenómeno homólogo que aconteció en el lejano país del norte, algunos de sus antecedentes más notorios son bastante anteriores a la preeminencia de este término en la conciencia colectiva de la época y se sucedieron sin que sus protagonistas tuvieran real conocimiento de que, en otro lugar del mundo, estaba pasando algo muy parecido pero a una escala mucho más grande. La historia que hoy compartiremos con ustedes, uno de los precedentes fundamentales de la historia del hippismo argentino -y del rock también, para qué negarlo- así lo testimonia, y es el relato de uno de los momentos más álgidos de la cultura de nuestro país así como también el candoroso reflejo de lo que ocurre cuando un grupo de jóvenes inquietos con espíritus bondadosos se reúnen en una comunidad (concepto tan en boga durante aquellos locos años) con el sólo objeto de, a través de ella, desarrollar sus espíritus y canalizar sus inquietudes para que tomen ellas solitas su propio camino. La de hoy es, nada menos, la historia de una bella utopía, de un momento donde a partir de la inocencia en la que se vivía -sólo guiado por el instinto y las ganas- se soñaba, se creía y se iba hacia adelante con esas ansias y esos sueños, tan lejos como ellos quisieran llevarlos. Acompáñenme, entonces, a recorrer este cuentito que comienza en la bella localidad entrerriana de Nogoyá, comunidad agrícola que se asienta en la margen derecha del arroyo del mismo nombre. Allí, a mediados de los ‘60, cuatro amigos del secundario tenían una banda llamada Los Grillos con la que recorrían, finde a finde (de jueves a domingo) todo espacio que les prestara sitio para tocar sus rocanroles y beats, bien en el espíritu de la época. Plazas, bares, bailes, fiestas y clubes eran los lugares en los que Juan Fernando Díaz -al que apodaban Kubero- en guitarra y voz, Mauricio Morcy Requena en bajo y voz, José Manija Paz en batería y Carlos Gómez en guitarra despuntaban el vicio y se iban criando, de a poco, músicos. Aunque breve, la historia de Los Grillos terminaría prohijando la de la banda que nos ocupa hoy. Pero antes, tuvo que darse un suceso fundamental. En 1966, los cuatro amigos terminaron sus estudios secundarios y cada uno tuvo que decidir sobre su futuro. Íntimos amigos, Morcy y Manija seguirían el mismo camino. Cuando el segundo decidió emigrar hacia La Plata para estudiar la prestigiada carrera de Bellas Artes en la por entonces muy reconocida Universidad Nacional de aquella ciudad, Requena no lo dudó. Su rama era otra muy distinta, la de periodista, pero a partir de la decisión de Manija supo que su destino también era la ciudad de las diagonales. Así que hacia allí fueron. La Plata, entonces, era vista como un lugar pleno de expresión, donde los jóvenes podían buscar un futuro artístico sin limitaciones y desarrollar su creatividad sin escollos.
Pero pronto la realidad le mostraría a Morcy y Manija que las cosas no siempre son tan ensoñadas como parecen. El 29 de julio de 1966, un mes y un día después de derrocar al presidente constitucional Arturo Illia, la dictadura militar liderada por el general y grandísimo hijo de puta Juan Carlos Onganía decidió ingresar a las universidades públicas del país con el objeto de desalojarlas completamente por las buenas o, preferentemente, por las malas. ¿La razón? La misma por la cual todas las cosas suceden durante las dictaduras militares: identificar a y limpiar de subversivos los salones de clases de la nación, con el objeto, claro, de que nunca en ellos ondee el sucio trapo rojo (?). La perspicaz “Revolución Argentina” toma esta determinación a partir de que tanto autoridades como docentes y estudiantes se oponían férreamente a la derogación de la reforma universitaria impulsada por Illia, que establecía que las facultades serían autónomas del poder político y que en vez de eso sus destinos serían decididos por un cogobierno integrado, precisamente, por esas tres partes: decanos, profesores y alumnos. Claro que Onganía y sus secuaces verían en la independencia ideológica un ebullente caldo de cultivo para comunistas, marxistas, leninistas, trotskistas, maoístas, guevaristas, anarquistas, luxemburguistas, peronistas y menottistas (?) y por ello decidirían, concienzudamente, cortar por lo sano. La ambiciosa y compleja táctica consistió, básicamente, en mandar a la policía a entrar a pura sangre y fuego en las facultades, desalojarlas y, en paralelo, abolir la reforma de Illia. Brillante estratagema, lo sé (?). ¿El saldo? Unos 400 detenidos, incontables heridos, laboratorios y bibliotecas destruidas y una noche, que hoy la historia argentina conoce como la noche de los bastones largos -por los palitos de abollar ideologías, claro- que el país jamás debería olvidar. Morcy y Manija fueron testigos dilectos de este suceso, y su reacción sería inmediata. Unidos a algunos amigos y compañeros de la universidad, alquilaron para escapar de la persecución un caserón que daba a la avenida 122, después de la calle 121 y antes de la 123 (?). Entre esos amigos estaban el artista plástico y estudiante de Bellas Artes Ricardo Mono Cohen, el escritor Néstor Candi y el estudiante de Antropología Hugo Pascua García quienes fueron fundando los lineamientos de lo que terminó convirtiéndose, hacia fines de 1966, en una verdadera comunidad hippie. Con el tiempo, se agregarían a la casa trashumante una multitud de figuras de las más variadas extracciones: artesanos, actores, escenógrafos, fotógrafos, artistas plásticos, poetas y, por supuesto, músicos convivirían en un sitio que, para financiarse, optó por la autosustentabilidad. Entre artesanías y otras pelotudeces (?) los miembros de esta verdadera cofradía juntaban los mangos que necesitaban para pagar las cosas de la casa donde, por supuesto, también cosechaban sus propios alimentos. En medio de todo esto, nacería una banda de rock que sería, quizás, el más fiel reflejo del hippismo en nuestro país. Inicialmente conformado por Morcy y Manija con la sumatoria de Pascua en guitarra, el trío se bautizó con el nombre informal con el que se conocía a esta ya multitudinaria comunidad de pelilargos sucios: La Cofradía De La Flor Solar. Después de su primera presentación, el día de la primavera de 1968 en el auditorio de Bellas Artes de la universidad (en el que además de tocar, hubo happenings durante el concierto con algunos de los pintores del grupo haciendo lo suyo en vivo), los muchachos se dieron cuenta de que por más pujanza que tuvieran necesitaban algo de talento. Pequeño detalle (?). Así que intentaron convencer a su viejo amigo Kubero, que estaba en un plan bastante parecido en Entre Ríos, de que se mudara a La Cofradía. Cuando supo del plan en el que estaban Morcy y Manija, Díaz voló hacia las diagonales y se instaló rápidamente en el seno de la comunidad. Así nació el trío clásico de La Cofradía. Lejos de las influencias porteñas, donde ya empezaban a desarrollarse los almendros, Los Gatos y los manales, La Cofradía crecería por valor propio, siempre pensando en aquel grupo de artistas que les había dado nacimiento como el espacio expresivo en el que desarrollarían sus inquietudes. Por entonces el Mono Cohen había organizado el primer festival de rock argentino -del que pocos registros se tienen- 30 Horas De Música, donde además de sus cofrades tocarían Arco Iris, Manal, Pajarito Zaguri y los propios Almendra. Fue allí donde Spinetta y los suyos pegarían onda con La Cofradía, comenzando a colaborar en la organización de fechas y demás vericuetos logísticos, complicación habitual de la época. Abocados ya a la grabación de su disco debut, los muchachos de Bajo Belgrano serían los responsables de acercar a Kubero y los suyos a su primera experiencia discográfica a través de un contacto con su propia editora, RCA. La oportunidad probaría no ser tal, ya que la disquera estaba más concentrada en Spinetta y sus futuros éxitos que en esta nueva banda de popularidad no probada, pero sin embargo La Cofradía saldría de allí con su primer simple, “La Mufa”/”Sombra Fugaz Por La Ciudad”. Con poca publicidad, al disco no le iría bien, mas abriría el panorama porteño para el grupo que se presentaría con gran suceso en el primer B.A. Rock, de 1969, a lo que sobrevendría la grabación de un único tema para el sello independiente Mandioca, “Juana”, que fue incluido en el compilado Pidamos Peras A Mandioca (aquel de la tapa que pedía la vuelta de Perón) de 1970. Allí los conoció por primera vez Billy Bond, instalado ya como el productor estrella del rock argentino, y se los llevó para su propio rancho contratándolos para grabar su primer álbum de estudio para Microfón, el que se llamó como el grupo: La Cofradía De La Flor Solar. En el disco participarían, además de Morcy, Manija y Kubero, el hábil guitarrista Quique Gornatti y otro promisorio talento platense, un tal Skay Beilinson, también en la viola, y lo que terminaría saliendo sería un muestrario de muy buen hard rock psicodélico que comienza con la ensoñada “Quiero Ser Una Luciérnaga” (compuesta por Díaz el día antes de la grabación) para arremeter con una combinación de ritmos aprendidos de la escena de San Francisco pero con una personalidad inherentemente argentina como lo demuestran canciones bien argentas como “Todo Mi Mal” y “En La Siesta”. Lamentablemente editado tardíamente para la psicodelia, en 1971, al disco no le fue del todo bien y la banda, así como la propia cofradía, se disolvieron hacia 1974 a partir de otro momento fuertemente represivo, el del auge de la Triple A y sus secuestros, asesinatos y desapariciones que resultó en los exilios de Kubero, Gornatti y otro cofrade, el gran Jorge Pinchevsky. Afortunadamente, la historiografía del rock argentino ha rescatado este álbum no sólo por su musicalidad y sus canciones sino por ser el símbolo de una historia bella y de un tiempo donde lo que valía la pena eran los sueños.
Los invitamos al recuerdo, amigos.
demidiscoteca
Y a continuación, un texto de Ricardo "Mono" Cohen, más conocido como "Rocambole", ideólogo, mánager, ilustrador artístico, miembro fundador de la Cofradía y personaje de las mil y un anécdotas, en un comentario que no tiene desperdicio y que es de lo más divertido...
Ricardo "Mono" Cohen fue de los principales protagonistas de ese fenómeno único que representó La Cofradía de la Flor Solar a fines de los años '60 y principios de la década siguiente. Como mánager e ilustrador artístico del grupo musical, como ideólogo y miembro fundador de la Cofradía, el Mono estuvo allí desde el principio.
Hoy día, entre otras actividades, Cohen se desempeña como profesor de Bellas Artes y hace el arte de tapa de los álbumes de Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota, bajo el seudónimo de Rocambole.
Todas las crónicas de la epoca coinciden en que a fines de los '60 se dio una situación especial en La Plata, en lo que hace a las ideas y a la creatividad artística . ¿Cómo se dio el nacimiento de la Cofradía de la Flor Solar?

"Al recordar la época en que nace la Cofradía de la Flor Solar en La Plata me viene a la mente una expresión alemana, zeitgeist, que vendría a significar 'el espíritu de la época'. En todas las actividades que se estaban dando en La Plata en ese entonces -mediados a fines de los '60- había una efervescencia, la sensación de que había muchísimas cosas por hacer. Sentíamos la necesidad de cambiar algo y la conciencia de estar en el centro de la cosa. En general todo el mundo reaccionaba contra una instrucción, moral, ética, que venía de los conceptos burgueses posromanticistas que, bueno, te ordenaban hasta la manera de vestir. Hay que imaginarse esa época... Imaginate que casi no había ropa para jóvenes. Que uno se tenía que vestir con la ropa del papá, sólo que un par de talles más chicos. El jean era una invención que tenía apenas diez años. Nosotros apuntábamos a la recuparación del espíritu festivo, contra una moral de la década del '40 que era amarga, triste y asexuada. Ya veníamos con ideas tipo "la imaginación al poder", antes incluso del Mayo Francés del '68. Quizás no con esas palabras exactas, pero ese era el espíritu. Si íbamos a estudiar Bellas Artes ¿por qué tener que vivir en nuestra casa una vida recontra-burguesa y después en la facultad estudiar y estar un ratito en un taller y hacernos los artistas?. Nosotros queríamos vivir como artistas.
Los futuros integrantes de la Cofradía de la Flor Solar nos conocimos en la facultad de Bellas Artes de La Plata, donde estaban Manija Paz y Morcy Requena, este último estudiante de periodismo. Músicos, en principio, estaban ellos dos, que venían de Entre Rios. Morcy era de Paraná y Manija era de Rosario del Tala.
Cuando se le empieza a darle una forma orgánica al grupo, con la pretensión de ser el mejor y con una música super avanzada y todo eso, se decidió que había que traer algunos músicos más... "importarlos" de Entre Rios, que según los que estaban acá eran imprescindibles, como Kubero Díaz. Morcy y Manija habían tocado con Kubero en Los Grillos, un grupo inspirado en Los Beatles que hasta tenía un nombre parecido... Kubero era muy chico. Era menor de edad en esa época, entonces lo fuimos a buscar y los tuvimos que convencer a los padres de que lo dejasen venir a La Plata. Y cayó Nestor Paul que venía a dar el exámen de ingreso de Ingeniería. Fracasó, pero igual lo adoptamos y se quedó a vivir en La Plata. También era de Entre Ríos pero tocaba en otro grupo que se llamaba Los Batman, junto a otro futuro cófrade, Rubén "Tzocneh" Lezcano.
Cuando vino Kubero el grupo ya se fue integrando con un órden musical un poco más consistente. Kubero empieza a hacer las armonías y la musicalidad de la Cofradía. En cuanto a la ideología y las letras y todo eso, había de sobra. Estaba Néstor Candy que fue el primer letrista o primer poeta, llámemosle, de la Cofradía, quien tempranamente abandonó el barco, pero muchas de sus letras quedaron. Como guitarrista estaba un muchacho platense llamado Hugo "Pascua" García, que falleció también, muerto a flechazos por los indios del Amazonas. No nos puso tan mal su muerte porque él murió como él había querido: el siempre quiso ser un indio y se fue al Amazonas a vivir como un indio. Y bueno, después tuvimos noticia de que hubo un enfrentamiento ahí y murió a flechazos. El fue guitarrista de la Cofradía antes de que viniera Kubero y después pasó a segunda guitarra. Lo interesante con Hugo Pascua era que en un principio la Cofradía era muy pobre, entonces cuando empezamos a tocar, los instrumentos que teníamos habían sido construídos en la propia Cofradía. Hugo Pascua era luthier entonces él construyó un par de guitarras y un bajo. Extaordinario era el bajo ese, porque conseguimos unos micrófonos Rickenbacker y el diseño lo hacíamos los que estudiábamos en Bellas Artes, así que salían unos instrumentos más o menos locos...
El nombre de la Cofradía de la Flor Solar lo usan por primera vez un grupo que toca en Punta Lara. Un grupo hecho todo con percusión, excepto Pipo Fisher -luego conocido como Pipo Pescador-, que era el único que ponía la parte melódica tocando el acordeón. Todos los demás tocaban diversos tipos de percusión. Estaban Manija Paz, Hector Candy, Abel Faccelo, el escenógrafo. Tocaron una vez sola porque se los llevaron presos. Después hubo una librería en La Plata llamada La Cofradía de la Flor Solar, que fundó Enrique García que fue uno de los primeros ideólogos de la Cofradía, y la fundó con León Iglesias, a
su vez ideólogo de un grupo que tenía Poli (hoy mánager de los Redonditos de Ricota) en City Bell. Y por esos días se inscribe en Bellas Artes una chica que venía de la Capital, Isabel Vivanco, que se siente asombrada por ese nombre porque ella estaba trabajando en Buenos Aires con Miguel Grinberg y hacían una revista que se llamaba Eco Contemporáneo y el lugar donde hacían la revista era el Reducto de la Flor Solar. Por eso yo hablo mucho de esa magia de las cosas que están en el aire. El nombre de la Flor Solar estaba en el aire, estaba dando vueltas. Incluso en Bellas Artes había un grupo de mural que hacían los murales en el sótano de la facultad y estába haciendo un gran cuadro en el que intervenían todos -una creación colectiva que eran todas flores, como correspondía a esa época tan psicodélica. El hecho es que era todo flores y le habían puesto "La Flor Solar" al cuadro.
"El primer conjunto 'oficial' estaba formado por Manija Paz en batería, Candy también batería -de repuesto- y a veces canto y más que nada haciendo letras; Pascua en primera guitarra y Morcy Requena en bajo. Tocan por primera vez en público un 21 de setiembre de 1968. Después, como te dije, entra Kubero y se graba una cinta en un estudio de Buenos Aires, que produce Miguel Grinberg porque Isabel Vivanco -que terminó integrando la Cofradía- había hecho la conexión. Ahora cuando yo te hablo de la Cofradía estoy hablando de la comunidad, de todo el grupo, ya que nos fuimos a vivir todos juntos porque se cerró el comedor universitario en La Plata después de la Noche de los Bastones Largos y nosotros nos fuimos en masa de la universidad porque teníamos la entrada prohibida por todos los bollos que hacíamos.
Lo primero que hicimos fue, ya que estamos todos juntos, vamos a alquilar una casa todos juntos porque a muchos estudiantes se les vencía el alquiler y no tenían plata porque los padres, como habían dejado de estudiar, les habían cortado los víveres y qué se iba a quedar haciendo. Entonces alquilamos todos juntos una casa. Era una alternativa para vivir más barato: alquilar una casa vieja y vivir todos juntos. Lo que pasa es que para esa época el escándalo era vivir todos juntos, chicos y chicas. Porque se alquilaban casas a estudiantes, pero cada uno por su lado. El asunto es que nosotros nos fuimos a vivir todos juntos varones y mujeres de 19, 20, 21 años. La gente se imaginaba cualquier cosa... Además ya en ese momento empezaba el "look" rockero. Manija fue uno de los primeros en dejarse el pelo largo en La Plata, por ejemplo. Y era un escándalo ir con él a Buenos Aires, con decirte que las dos veces que vinieron a la Capítal para grabar esas cintas con Miguel, fueron en cana todos. Grinberg tuvo que sacarlos esgrimiento carnet de periodista de Panorama.
Esta cinta que grabamos Miguel Grinberg empieza a pasearlas por varias grabadoras. Todo esto a instancias de Isabel, porque cuando ella había visto a la comunidad aquí en La Plata, pensó que era la materialización de las cosas que Grinberg postulaba en la revista, porque Miguel tenía contactos con la Beat Generation, se escribía con Allen Ginsberg y varios otros ilustres. Miguel se interesó, puso plata para la grabación y pasea la cinta pero rebota en todos lados. Todos le dicen que son bárbaros, que son unas ideas fantásticas pero que eso no iba en ese momento. Era la época, digamos, de los Beatnicks de Moris y Pajarito, cuando salió "El Rebelde".
Entonces Miguel empieza a publicar notas como si la Cofradía fuese famoso. Publica una nota en Panorama, que habla de Almendra, de Manal y de la Cofradía y dice que eso va a ser el futuro de la música joven argentina.
Y a partir de esa nota y otra empieza a haber algunos comentarios entre la gente. Entre tanto en la Cofradía había como revoluciones internas a partir de las cuales tomaba el poder un líder u otro... Y en esos días llega a la Cofradía un tipo que se llamaba Luis Creus que tenía mucha cabeza y que había militado en agrupaciones de izquierda y había vivido en una comunidad en el sur. Entonces venía con las bases precisas para organizar una comunidad. Cómo había que cocinar, cómo había que hacer esto o lo otro. Luis la tenía super clara. Entonces, Luis y yo tomamos el poder y les dijimos a los músicos: ustedes quieren tocar? Bueno, nosotros vamos a ir a Buenos Aires y vamos a movernos para que suenen. Entonces empezamos a dar vueltas con Luis. Lo primero que hicimos fue ir a visitar a Almendra, ya que habíamos salido con ellos en la misma nota... Y les dijimos que había un grupo en La Plata que tocaba en castellano, les hicimos escuchar los temas de la cinta y todo eso. Y bueno, Luis y Emilio y todos se pusieron super contentos porque en esa época no había rivalidad, al contrario, se sentían muy solos los que estaban haciendo cosas y entonces que aparecieran otros era bueno. Entonces nos hacemos tan amigos que los Almendra (que tenían a Robertone que les hacía el sonido) nos dicen que cuando actuemos en Buenos Aires nos iban a prestar los equipos de sonido, lo cual nos vino muy bien porque la Cofradía no tenía recursos.
De ahí nos vamos al Instituto Di Tella a ofrecer una ópera que quería hacer la Cofradía. Ahí veo a realizadores como Villanueva y lo conozco a Manuel Román, un tipo que estaba pugnando por traer a la Argentina a un cantante catalán, por entonces, desconocido llamado Joan Manuel Serrat. La cosa es que Román se interesa mucho y Villanueva nos da el Di Tella para hacer la ópera. Esa ópera se llamaba "La Mezcladora de Cemento" y era como una especie de cuento de Ray Bradbury, audiovisual, porque tocaba la Cofradía de la Flor Solar y se proyectaban cosas en la pantalla. Era como una invasión de marcianos que llegan a la Tierra y son captados por el consumo y se hacen consumidores, o sea que ellos a su vez, son invadidos. Se hacen adictos a la Coca Cola, a los helados. Bueno, a partir de ahí Manuel Román agarra las cintas e inmediatamente, a la semana, nos consigue la grabación para RCA, donde se graba el simple "La Mufa" y "Sombra Fugaz Sobre La Ciudad". Y Manuel Román quería más y nosotros teníamos más, porque en la Cofradía los músicos no eran estables, como habían músicos de más, por ahi rebotaban, había dos bateristas, dos bajistas, tres guitarristas... Entonces lanzamos a Adan Quieto, que lo teníamos para que cantara en la Cofradía pero decidimos lanzarlo como solista, para bucear en otros caminos. Román le habló a Alfredo Radoszynski, presidente de Trova, quien le hizo grabar a Adan el simple con el tema "El Payaso", que es un tema de Kubero. Y en el disco (que tenía el tema "Recuerda" como lado B) toca el propio Kubero y un cuarteto de cuerdas y yo hice el arte de tapa.
Entonces la Cofradía ya estábamos más conectados para grabar. En esos días habían vuelto los hermanos Beilinson (Guillermo y Skay) y hacen un recital en La Plata con unos equipos Marshall tremendos y con un proyector de aceite, que estaba muy de moda en esos días porque lo usaban todas las bandas psicodélicas de la Costa Oeste de Estados Unidos. Nosotros habíamos desarrollado un proyector de aceite casero cortando por la mitad proyectores de diapositivas comunes, poniéndole un motor y poniéndoles un disco con aceite en el medio, ¿no? Y cuando vimos que los Beilinson traían uno "industrial" nos hicimos amigos y decidimos hacer un recital juntos en el teatro Opera. Los Beilinson, Skay, Guillermo y Daniel junto con Bernardo Rubaja (que hoy hace música New Age) en órgano Hammond, un guitarrista excepcional de La Plata llamado Topo Daloisio (que tocó más tarde con los Redonditos) e Isa Portugheis en la batería habían formado Diplodocum Red And Brown y al hacernos amigos los ensayos eran conjuntos, nos prestábamos los equipos y pudimos independizarnos un poco de los Almendra. A la vez apareció un joven que había puesto un laboratorio de sonido de vanguardia en City Bell que era Omar Rojas, fabricante de los equipos Fonum. Y para promocionar los equipos nos los ofreció para que los usáramos. Así que, de no tener nada, teníamos un derroche de equipamiento...
En el simple de RCA Morcy Requena canta y toca el bajo, la batería en un tema la toca Manija Paz y en el otro Candy; Kubero toca la guitarra y Pascua hace segunda guitarra. Además, los de RCA decidieron apoyar el sonido con músicos de sesión como era usual en la época, ya que las grabadoras desconfiaban del sonido de los "músicos beat". Por eso también tocó el órgano Santiago Giacobe y -en otros dos temas que no llegaron a salir, "El Abuelo Mufado" y "Ahora Es El Momento"- participan dos músicos de la Porteña Jazz Band, Sergio Tambourri toca el trombón y otro que no recuerdo el nombre toca el banjo.
Al poco tiempo se edita el simple con "La Mufa" y "Sombra Fugaz Por La Ciudad" sin promoción, sin nada... -nosotros éramos los que lo llevábamos a todos lados- y no pasa más nada con eso... Nos ponen "a dormir", como a tantos otros grupos de aquella época. Entonces inmediatamente empezamos a presionar para que nos rescindieran el contrato. Entonces fuimos con Luis Creus, que había estudiado algo de abogacía y que sabía actuar bien la parte y convencimos a la gente de RCA de darnos la rescinción.
Entonces inmediatamente corrimos a los brazos de Mandioca, via Billy Bond, porque a Jorge Alvarez no lo queríamos mucho... Pero Billy Bond se había hecho amigote, solía venir allá a la Cofradía con Alejandro Medina. Incluso Alejandro conoció a su primera mujer allá. Entonces había unos lazos intensos con Manal. Venían Alejandro y Javier Martínez y se quedaban pasando largas temporadas. Nos habíamos mudado a una gran casa solariega con un parque. Y bueno, la gente que venía solía quedarse. Me acuerdo que vino Meneca Higis que se acercó después del primer B.A.Rock. La Cofradía tocó y los llenaron de monedazos. Pero un grupo que se llamaba La Banda del Oeste se hizo re-amigo porque les pareció fascinante lo que habíamos tocado. Y en ese grupo estaba Meneca que directamente se tomó el tren y se vino a La Plata. Así que no trajimos aplausos pero la trajimos a Meneca! (risas).
En B.A.Rock 2, por el contrario, nos fue muy bien. Había tocado Contraluz y reciben enormes aplausos. Después les tocaba a la Cofradía, así que entran tímidamente pero detrás de un bafle lo teníamos a Jorge Pinchevsky, como sorpresa. Entonces entonan "La Pálida Ciudad", donde venía un solo de guitarra de Kubero y después un solo de violín de Pinchevsky. Y entonces tocan el tema que les levanta el ánimo a la gente y de golpe entra Pinchevsky y hace el solo de violín -pensá que en ese entonces nunca se veía un violín en un escenario de rock- y se paró toda la gente y tuvimos una ovación. Hubo gran nota en revista Pelo y todo eso...
Con Billy Bond grabamos un demo para Mandioca con material suficiente como para un long-play completo. Pero sólo se editó un tema, "Juana", que salió en la compilación "Pidamos Peras A Mandioca", uno de los últimos discos que sacó Mandioca, antes de desaparecer. Después cuando Billy empieza a hacerse famoso con La Pesada y a trabajar con Alvarez en Microfón, viene un día y nos dice: 'miren, hay algunas horas de grabación disponibles en los estudios Phonal' y entonces vamos con una idea bien precisa de lo que queríamos hacer, porque había que grabar en veinte horas, que era las que había. Y bueno, el álbum debut de la Cofradía de la Flor Solar salió en esas veinte horas y sobró tiempo, incluso se grabaron temas de más. Incluso hay un tema donde Kubero hace todo: toca la batería, pone la guitarra, el bajo, canta... También hay créditos para Quique Gornatti y Skay. Pasó que como estábamos todos mezclados en esa época, se convocó a todo el mundo para ir a la grabación. Entonces me parece que Skay fue para un tema que no se hizo o algo así, pero estuvo ahí y creo que hizo palmas o chiflidos en un tema o algo así. Quique Gornatti sí tocó. Puso un par de violas. Kubero quería tenerlo para otras cosas que tenía proyectadas que no se hicieron finalmente, porque había que ajustarse al tiempo asignado. Otro que anduvo por ahí fue Isa Portugheis, invitado para hacer algo en percusión pero no me acuerdo si grabó o no.
El clima de las sesiones era como todas las cosas que hacíamos en la Cofradía. Iba toda la familia. Parecia que llevábamos el gato, los colchones... Cuando habia giras viajaba gran parte de la comunidad, era como una manifestación. Y en los estudios también. Se sentaban, prendían los inciensos, algunos se fumaban un porro, otros comían pasteles... las chicas traían grandes tortas... En fin, el clima era bien de la época. Por eso hay muchos agradecimientos en la tapa del disco.
En cuanto a la autoría de los temas, nosotros los íbamos a poner a nombre de La Cofradía de la Flor Solar, pero había que poner algun nombre porque La Cofradía eran como veinticinco personas. Entonces viajaron a registrar los temas a Buenos Aires Kubero y Paul. Pero recuerdo que las letras de "Se Ama O No Se Ama" y de "Nos Encontraremos En Alguna Parte" son mías, y la de "Rock Alrededor Del País" creo que es de Morcy. El resto de las letras son de Kubero.
La Cofradía tocó mucho más de lo que la gente cree, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, Junín, Tres Arroyos, 9 de Julio, muchos lugares. La poca plata que teníamos era para transportar los equipos y los demás llegábamos como podíamos, incluso a dedo...
El disco fue presentado en Buenos Aires, incluso y la cosa estaba como para seguir pero hubo un acontecimiento desafortunado, en el verano de 1972 que apuró la disolusión de la Cofradía. Estando en Mar del Plata nos contrata una "Carpa Beat", que había en Villa Gesell y vamos porque era un buen contrato. Y entonces empieza a darse todo una serie de golpes de mala suerte. En uno de estos viajes a dedo que hacíamos, Kubero pierde la guitarra en un auto. Grave golpe. En Villa Gesell pasó el típico caso de un par de chantas que organizan una cosa monstruosa y empiezan a tirar cheques por todos lados. Bueno, fue una estafa: no nos pagaron. Y pensá que cuando hacíamos esas giras se resentían otro tipo de trabajos que eran los que sostenían a la comunidad. Y bueno, empezaba a haber deudas acá en La Plata y la gente nos pedía que mandasemos dinero. Entonces, perdidos por perdidos, nos vamos a Mar del Plata, donde nos encontramos con el gordo Pierre, que estaba haciendo recitales con Pedro y Pablo y con un grupo de pibes flaquitos que nos miraban asombrados y con veneración cuando llegamos y que se llamaban Sui Generis. Entonces el Gordo Pierre se entera de nuestras desventuras y nos pone en el programa.
Y nos fuimos a habitar una casa, porque nosotros teníamos contactos en todo el país porque mucha gente que viajaba seguía estando en contacto. Y entonces teníamos paradas en diversos lugares. Y en Mar del Plata había una chica que había pasado por la Cofradía alguna vez y nos había invitado a parar en su casa. Se había establecido. Se había casado con un quía y tenía una casa grande. Entonces caímos unos cuantos ahí y acampamos. No éramos todos: los músicos vivían en el teatro. Algunos del resto estábamos ahí, otros se habían ido a un departamento de otra persona amiga. Era una casa que estaba en las afueras, cerca de Serenil. Entonces acampamos y alteramos la paz del vecindario. Alguien llamó a la policía y bueno vienen cinco patrulleros y entran a revisar todo. El comisario fue claro: 'yo no voy a movilizar cinco patrulleros para no encontrar nada'. Entonces trajeron a un testigo y pusieron una bolsa de marihuana. Primero nos llevaron a un lugar ignoto que ni sabíamos donde estábamos y después nos iniciaron proceso, causa y toda la bola... Pero en los diarios, mientras tanto, en esos cinco días salieron noticias como si hubieran capturado a Manson. '¡Chicas y muchachos, todos mezclados!' Por ahi podés conseguir los recortes. Febrero del '72.
Bueno, la cuestión es que todo el asunto fue inventado por este comisario que después le metieron un tiro en la cabeza, porque detuvo al hijo de un juez y lo mató allá en Mar del Plata y al tiempo le reventaron la cabeza con un caño.
Bueno, pasa esto en Mar del Plata e inmediatamente la policía de acá allana nuestra casa de La Plata. Y en La Plata estaba Morcy, tranquilo, haciendo sus cosas y lo agarran, lo apalean y lo tiran en el parque Pereyra Iraola, desnudo. Entonces, inmediatamente con todo este lío, los dueños de la casa que alquilábamos nos rescinden el contrato y entonces quieren que los ocupantes saquen las cosas de allí inmediatamente. Pero toda la gente estaba detenida en Mar del Plata. Los que estaban en la casa sacan todo como pueden, los llevan a diversos lugares de gente amiga. Se pierden muchísimas cosas, instrumentos musicales muchos de ellos, algunas cosas incunables de la actividad, herramientas de artesanía, en fin, de todo.
Cuando volvemos, no tenemos donde estar. La gente de Pedro y Pablo nos dice: bueno, alguno puede venir con nosotros a vivir a la calle Conesa. Se van Paul y Quique Gornatti. Yo decido quedarme en Mar del Plata y trabajar en la feria de Mar del Plata, con Enrique García y otros. Otros se van a Brasil y otros, al tiempo se van a Europa. En ese momento quedamos en volvernos a reunir, alquilamos algo y volvemos a empezar, pero la historia siguió su curso.(*)
Hoy día sigo en contacto con alguno de ellos. Con Kubero, via Meneca Hikis (ex-mujer de Néstor Paul). Con Paul nos hablamos por teléfono sobre todo ahora que murió Manija Paz. La hija de Manija está cursando Bellas Artes, otra vez reciclando la historia. Isabel Vivanco y Ercilla Vivanco están en Tucumán -de vez en cuando alguien viaja para allá y trae noticias. Morcy está en Mendoza. Es curador y tiene una galería de arte. Quique Gornatti vive acá en La Boca, siempre tratando de tocar en una banda de blues. Y hay algunos que a partir de esto por ahí reaparecen. Me gustaría que aparecieran los nombres de todos los que participaron en la Cofradía porque hay algunos que me gustaría reunir y reencontrar y ver en que andan..."
Reportaje a Ricardo "Mono" Cohen, por Alfredo Rosso, junio de 1996
Y tenemos más comentarios de la Cofradía, podríamos tener millones, tantas anécdotas como gente ha pasado por sus filas, tantos puntos de vista como uno se pueda imaginar. Como dice el siguiente texto que encontré en Taringa: "Imaginar La Cofradía de La Flor Solar a la luz de los cambios actuales nos obliga a una flexión mental: podemos suponer que toda esa movida intentó ser un aviso sobre la torsión extrema que sufrirían las medidas referenciales para el tiempo y el espacio humanos en los albores del siglo veintiuno". Podemos hablar de su relación o parecido con el "Flower Power" de otros lados del mundo, de su filosofía de vida, desde el punto de vista musical, etc. etc., pero incluyo el siguiente texto porque tiene que ver algo que es principalmente vivencial, de alguien que ha conocido la Cofradía por dentro
Hace muchos años, cuando yo era niño, mis padres emigraron a la ciudad de La Plata motivados por algunos amigos que formaban parte de una comunidad hippie denominada "La Cofradía de la Flor Solar". Vivimos en La Plata sólo unos meses, pero a pesar de mi corta edad, aquellas noches de filosofía y música se impregnaron en mi memoria, e influyen a diario en mi forma de ser y entender la vida. Lo que hoy soy, lo debo en parte a La Cofradía de La Flor Solar, y es por eso que traigo su historia ante ustedes:
Ya es reiterativo afirmar que nuestra manera de mirar el mundo ha sufrido una profunda sacudida en el último milenio, y las vanguardias artísticas fracasaron en el intento de instalarse a la altura de esta nueva visión, se pasaron de vueltas experimentando en un viaje a ninguna parte. La realidad social y política a la que fue conducido el planeta por los engranajes de la dominación global quedó solo siendo, en el mejor de los casos, un tema de ingeniosas instalaciones. Pero al mismo tiempo hubo quienes desplazándose por entre las grietas del sistema con voluntarismos tan ingenuos como conmovedores, sembraron su propia semilla de desorden dentro del orden establecido, actuando como una especie de semáforo que advertía sobre el próximo estadío de la dominación con las solas herramientas de la Utopía.
Imaginar La Cofradía de La Flor Solar a la luz de los cambios actuales nos obliga a una flexión mental: podemos suponer que toda esa movida intentó ser un aviso sobre la torsión extrema que sufrirían las medidas referenciales para el tiempo y el espacio humanos en los albores del siglo veintiuno.
La Cofradía aspiró a ser una sentencia sobre su época y pocas veces los idearios filosóficos o políticos que negaban los conceptos establecidos sobre moral y costumbres que postulaban la utopía, han sido expresados con tanto fervor. Como una suerte de alucinados-iluminados de su época los Cofrades intuyeron que el imperativo autocrático del sistema requeriría de nuevas tecnologías y burocracias visuales de vigilancia para conducir a la tropa dominada a sus diferentes estadios de dominación.
La Cofradía intentó el escape desde la estética como alternativa de vida, proponiendo ampliar el rango de la percepción conceptual, revisando la moral en general, las costumbres y registrando las hipocresías de la sociedad-show. Inaceptando la falsa vida (vivida por vías indirectas), criticó la metafísica banal que concede a los recursos tecnológicos la posibilidad de ampliar absolutamente las posibilidades comunicativas del género humano y más bien exaltó la experiencia vivida directamente, la actividad conversacional, la reunificación comunitaria como movimiento inventivo en sí mismo y la actividad artesanal solidaria. Reflexionó a favor de la experiencia:Lo real y verificable, no puede ser representado ni interpretado sino tomando conciencia del simulacro.
En definitiva y a la luz de estos tiempos, creo sinceramente que la historia nos ha halagado con la razón y que esos viejos postulados trasnochados están más vigentes que nunca solo cabría suponer con qué mecánica los propondrían los disidentes actuales. Quizás en algún garage suburbano alguien lo sepa; no me toca esta vez a mi desentrañarlo.
La Cofradía de La Flor Solar durante el verano del 67 propuso unir la vida al arte (acción y pensamiento) y buscar la fórmula para cambiar el corazón del hombre para, así, poder cambiar al mundo, expresando esta idea con canciones y toda clase de slogans imaginativos y estéticos, un año después y con más prensa, los protagonistas del “mayo francés”, hicieron lo propio.
Aspiró a cambiar la sociedad que le tocó en suerte, semejante pretensión pertenece al rango de los gestos de amor, su pequeña historia es la historia de semejante pasión. A los que participamos del intento la experiencia nos selló, no podría decir si logramos “unir el arte a la vida” pero en todos los que sobreviven se descubre una manera “especial” de vivirla y a ninguno le es ajeno el arte.
Gente que vivió en La Cofradía de La Flor Solar: Isabel Vivanco (escenógrafa), Salvador Kalékin (escritor), Nestor Candy (poeta/músico), Ercila Vivanco (artista plástica) , Morcy Requena (músico), Manija Paz (músico), Marta Pedemonte (artesana), Luìs y Anita Creus (fotógrafo/actriz), Néstor Paúl (músico/artesano), Ricardo Legna (productor), Adán Quieto (cantor/artesano), Hugo Pascua (músico/antropólogo/luthier), Ana Dabracchio (danzarina), Meneka Hikis (periodista), Mono Cohen (manager/plástico), Mónica Benitez (artesana), Fito Pazienza (artesano), Kubero Díaz (músico/ plástico), Enrique García (filósofo), Ana Barreda (fotógrafa/cineasta), Negri Gomez (artesana), Negro Hugo (artesano) Quique Gornatti (músico) Raquel Maidana (artesana)
Visitantes asiduos: Jorge Pinchevsky (músico), Daniel Beilinson (artesano/gurú), Eduardo Skay Beilinson (músico) Guillermo Beilinson (cineasta)
Abel Facello (escenógrafo) Alejandro Medina (músico) Javier Martínez (músico) Diego Rodríguez (músico) Javier Lizardi (teósofo) Miguel Cantilo (músico) Billy Bond (músico), Poly Castro (artesana)
Visitantes ocasionales : Miguel Grinberg (escritor), Jorge Pistocchi (editor/filósofo), Claudio Gabis (músico) Jorge Alvarez (editor), Pierre Bayona (productor), Luis Alberto Spinetta (músico), Rodolfo García (músico), los músicos de “Vox Dei”, los músicos de “Orion`s Bethoven”
El grupo inicial se conformó con algunos estudiantes de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de La Plata que, luego de haber ganado el Centro de Estudiantes militando en una agrupación independiente de tendencia anarcoide, tuvieron que irse de la Escuela por el acoso al que eran sometidos por la intervención de la Escuela luego del golpe de estado realizado por el general Onganía en 1966. Este grupo tomó una casa donde originariamente había una pensión de estudiantes pero que en ese momento ya no se cobraba alquiler porque estaba próxima a ser demolida. Más tarde alquilaron otra casa para vivir y finalmente terminaron en una especie de quinta de una hectárea con una especie de mansión y un parque arbolado en los arrabales de la ciudad.
Como ese grupo estaba formado por gente absolutamente insolvente (estudiantes de arte) hubo que inventar la manera de asegurar la economía del mismo y se recurrió a: armar un taller de serigrafía, se realizaban toda clase de carteles y afiches para espectáculos de la ciudad, taller de artesanías. Prácticamente se “inventó” la artesanía urbana, esa que puebla las plazas aún hoy, los músicos eran muy hábiles y adaptables por lo que hacían frecuentes “cambios” en orquestas populares que solían tocar en bailes y cabarets. “cambio” denominaba ha hacer un reemplazo de algún músico enfermo o faltante, decoración de bares o comercios, aprovechar los equipos que se disponían para hacer servicio de sonido a otros espectáculos. Y finalmente, luego de crear un grupo en el género rock que procurara unir la poesía a la música y, además esto lo hiciera en idioma castellano como novedad, a través de actuaciones en diversos lugares, autogestionando la producción de conciertos y festivales varios, se lograban entradas económicas.
Para realizar todas estas actividades, además de ejercicios de meditación a los que nos acostumbramos desde el principio, tuvimos que recurrir a una suerte de organización espontánea donde no había líderes y cada cual cumplía su rol rotativo (limpieza, trabajo, alimentación, etc) Periódicas reuniones de tipo asamblea permitían ajustar y/o producir variantes.
Efectivamente, en febrero de 1972 La Cofradía fue dispersada por el acoso insostenible de la policía. Los cofrades se distribuyeron en diversos sitios, casas de amigos etc. Sobrevolaba la idea de viajar a Europa para mostrar el rock nacional en otras tierras donde se suponía que lo recibirían mejor. Junto a Miguel Cantilo algunos se fueron al Sur en la zona de El Bolsón, otros viajaron a Brasil, hubo quien se quedó fundando ferias de artesanos en Mar del Plata, otros fundaron comunidades en Entre Ríos. Inesperadamente Ricardo Legna se saca la lotería de Entre Ríos y junto a Morcy Requena viaja a Londres con el objetivo de conseguir una casa capaz de albergar al resto. Allí logran el objetivo propuesto y además toman contacto con el sello Virgin Records mostrando unas cintas y el disco de La Cofradía e interesan también al manager de Led Zeppelin. Envían los pasajes y una parte de la ex Cofradía sale para Londres entre ellos Jorge Pinchevsky. Al llegar a Jorge se le ocurre ocultar algo de marihuana en su violín, cuando cruzan lo primero que hacen los guardias de frontera es revisar el violín apenas lo ven. A la sazón Morcy y Ricardo (el Flaco) Legna habían decorado una gran casa para recibir a los inmigrantes y esperaban impacientes pero lo que si llega es un vehículo de Scotland Yard que les pregunta si esperaban a alguien, ante la afirmativa respuesta los deportaron inmediatamente a Holanda junto con el grupo recién llegado y la historia siguió...
En la faz musical La Cofradía tocó por primera vez un 21 de setiembre de 1967 en La Plata, a partir de allí sus presentaciones fueron bastante regulares, sobre todo en el interior de la Pcia. De Bs. As. Al año siguiente debutan en Bs. As. En el Teatro del Globo, luego realizan una mini-opera inspirada en un cuento de Bradbury en el Instituto DiTella y tambien actúan en el CAYC de Glusberg en la inauguración del artista ambientalista Christo y algunas presentaciones en el Teatro Payro junto al Tata Cedron. Se presentan en el Festival de la Revista “Pin up” en el Anfiteatro Municipal, en el Festival de la “Musica Beat” del Teatro El Nacional y en el primer B.A.rock en el Velódromo Municipal. En abril de1970 organizan el primer megafestival de la Argentina : Las “30 horas de Rock” en el Estadio Atenas de La Plata donde tocaron sin intervalo durante casi tres días unas 200 bandas entre las que estaban todas las del comienzo del rock nacional : Almendra, Manal. Arco Iris, Vox Dei, Moris, Pajarito Zaguri , Facundo Cabral, Diplodocum Red & Brown y muchos mas.
La discografía de La Cofradía: “Sombra Fugaz por la Ciudad”/ “La Mufa”, simple para RCA 1969 - Adan Quieto “ El Payaso”/”Si algún día recuerdas” simple para Trova 1969.
“La Cofradía de la Flor Solar” LP para Microfón 1970 “Conesa” con Pedro y Pablo 1972 – Kubero Díaz y La Pesada , Jorge Pinchevsky y La Pesada” y Miguel Cantilo y Grupo Sur 1973 Hay grabaciones inéditas realizadas en Holanda y otras en Francia con Miguel Abuelo. También en España.
Desde 1996 Morcy Requena junto a Kubero Díaz graba y produce nuevas versiones de La Cofradía “El Café de los Ciegos”, “Cofrádika” e “Histórico”.
Tio Malandra
Y podríamos citar muchísimos comentarios más que hablen de las distintas aristas de la Cofradía, pero para no aburrirlos, vamos con algunos reviews del disco, en inglés y en castellano.
Entre los pocos álbumes aparecidos en Argentina a fines de los 60’s y comienzos de los 70’s que podrían caer dentro de la sicodelia, La Cofradía de la Flor Solar es considerado uno de los mejores, con su sonido en formato trío fuertemente dominado por el blues, como la mayoría de los grupos de la época, con ácidos aunque nada espectaculares solos de guitarra y muy en el estilo de lo que hacía Almendra por la misma época.
Pero aquí no hay un compositor y guitarrista a la altura de un Spinetta ni un grupo tan sólido de fondo; tampoco las canciones son muy memorables y todo queda sujeto al ambiente de improvisación que sólo a ratos consigue entusiasmar. En general se trata de un sonido peligrosamente añejo y sin mucha imaginación, justificando su lugar en la segunda división del rock argentino.
iauc

This 1971 "La Cofradía de la Flor Solar" was a psychedelic, 30-minute album recorded by the eponymous Argentine band, which hailed from La Plata -city that is located 100 km to the south of Buenos Aires-, being this band formed in the 60s, such a sort of primeval Argentine psychedelic act, along with the short-lived Diplodocum Red and Brown, from the same city.
The production of this record is humble, though with a very good sound keeping in mind the circumstances (little band, La Plata, 1971); and the recordings were supplemented with the assistance of Billy Bond, vocalist and gurú of Billy Bond y la Pesada del Rock, a heavy psych group from Buenos Aires.
The sound of La Cofradía reminds of Pappo's Blues at times: psychedelic hard rock with wah wah guitar, slightly spacey sound and jamming feel, but the tunes haven't nor the grace and scope of Pappo's Blues, neither that heavy edge and aggressive feel.
La Cofradía de la Flor Solar were, back then, like a hippie community of the southern Buenos Aires and La Plata, to some extent similar to the early Amon Duul, for instance; including people who participated direct or indirectly in this record, like the guitarist "Skay" Beilinson (later in Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota), violinist Jorge Pinchevsky, or the rock journalist and writer Miguel Grimberg, who moved to Brazil some time later.
The community was dissolved circa 1974, when its members started being harassed because of political reasons, most of them moved to Europe.
This album is not bad, neither too inspired, just a rough psychedelia with considerable acoustic element intertwined; but still features a couple of good tracks, namely 'Fiesta de amor en el cielo' or 'Paz de panza', and some good lyrics in a philosophical-hippie fashion.
In the late 90s La Cofradía de la Flor Solar would be revamped, with only one original member (Morcy Requena) and a completely different style, close to the alternative rock.
This record still remains an important antecedent of South American psychedelia, but more like a pioneer symbol than anything else.
death_metal_doll
Como dije al principio, este es un disco donde no importa tanto lo musical, porque refleja "un tiempo donde lo que valía la pena eran los sueños", es un disco que representa un mito y una historia. No podía faltar en este blog este trabajo discográfico que fue traido gracias a la cortesía de nuestro nuevo colaborador tortugucho... Gracias de parte de todos los cabezones.
Lista de Temas:
1. Quiero ser una luciérnaga
2. Fiesta del amor en el cielo
3. Todo mi mal
4. Paz de panza
5. Se ama o no se ama
6. En la siesta
7. Nos encontraremos en alguna parte
8. Rock alrededor del país

Alineación:
- Kubero Díaz / Guitarra y voz líder
- Morci Requena / Bajo y coros
- "Manija" Paz / Batería
Músicos invitados:
Enrique Gornatti / Guitarra
Skay Beilinson / Guitarra