Queridos lectores,
El otro día, me sacaron de mis casillas. Si, ya se que es fácil cuando hablamos de cómics. Pero, es que llega un momento que, de buena te ¡toman por tonta!. Vale si, puede que sea un poco exagerada. Seguro que alguno me tacha de histérica, o la “Santa Inquisición”. Porque ya he visto que, cuando hablamos de vuestra aficción, estamos un poco sensibles e irascibles.
Iré al grano. Estaba yo ordenando un poco el salón de mi casa, la habitación de los cómics es casi terreno prohibido, cuando le vi llegar. No niego que, si te dicen que tardará un minuto en ir a la tienda de cómics y que solo va a mirar y te encuentras que pasa mas de una hora, pues puede que esté un poco enfadada. Pero, si en mis brazos tengo un montón de cómics que no había leído y que iba a leer en cuanto tuviera tiempo, y llega con mas cómics para acumular, pues no tengo ni idea de qué pensar. O tiene Sïndrome de Diógenes y recoge todos los cómics que se encuentra (pagándolos, claro está) o está concienciado que este país se saca adelante consumiendo. Porque es IMPOSIBLE que le dé tiempo a leerlo todo antes de ir de nuevo a comprar. Parece que le hace ilusión decir:
- A mí me quedan doce cómics sin leer. Y, ¡tengo en mente comprar cinco mas!.
Y luego me viene diciendo cosas como:
-¿Y para qué quieres otro par de zapatos?; Si hace nada te compraste un par.
Será que yo también tengo el síndrome de Diógenes…
Celia