Seguro que recordáis esos momentos vividos en el patio de colegio, con una cuerda y las canciones que la acompañaban. Pues bien, ésa cuerdecita es una herramienta muy útil.
Saltar a la comba ya no es tan fácil como recordamos, aunque unos días con ella y ya podremos ir empezando a trabajar de manera cada vez más fluida.
Para empezar, veamos qué tipos de combas podemos encontrar:
- De cuerda o algodón : ligera, poco peso y flexible, la comba de inicio se caracteriza por ser fácil de usar. Puede no tener mango y es la que todos conocemos, muy básica, para inicio y poco más.
- De vinilo o PVC: la más común para cualquier actividad física, de un precio muy reducido, para estilo libre. Nos proporciona una gran velocidad y ya podemos meter dobles y algunos movimientos más complicados con ella. La hay en varios tamaños y grosores. Éstas sí llevan mango.
- De velocidad: esta comba está diseñada para competición, de cable acerado recubierto de un fino plástico esta comba de 2 mm como su nombre dice alcanza una gran velocidad, lo cual es un inconveniente, pues puede hacernos daño, se utiliza para ejercicios libres y con cambios de velocidad.
- Con peso: se suelen ver poco, son combas que en las empuñaduras llevan lastres de 200-400 gr. No son muy recomendables para empezar debido a que el peso no nos deja prestar la suficiente atención a la cuerda.
BENEFICIOS
- Aumento de capacidad de admisión de oxígeno al cuerpo.
- Mejora de oxígeno en sangre.
- Disminuye la frecuencia cardíaca en reposo.
- Ayuda al crecimiento de huesos y músculos.
- Aumenta la coordinación y el equilibrio.
- Mejora la flexibilidad articular y la resistencia.
- Desarrolla la agilidad, coordinación y ritmo.
Saltar a la comba puede tener su parte negativa si no tenemos en cuenta que :
- Aumenta la frecuencia cardíaca de una manera muy elevada los primeros días de salto.
- Las articulaciones y los músculos inferiores sufren un gran estrés los primeros días hasta que tonificamos la zona baja.
¿CÓMO SALTAR A LA COMBA?
Necesitamos encontrarnos sobre una superficie estable y segura, llevar calzado deportivo para que amortigüe. No saltaremos descalzos, nos podemos lesionar o golpear en los pies con la cuerda.
Hay muchas maneras de hacerlo, pero empezaremos por la básica. Juntamos los talones y movemos la cuerda, solo saltando unos centímetros, lo justo para que la cuerda pase por debajo. Todo salto de más que damos es un esfuerzo innecesario y solo conseguiremos cargar los gemelos y los pies a la vez que la frecuencia cardíaca se nos incrementara en gran medida.
Una vez que dominamos el modo elevaremos un pie y luego otro, haciendo cambios de pie, así nos permitirá cansarnos menos y poder cometer las series. Con la práctica podremos meter juegos de pies, saltos, cruces y medias… depende de nosotros.
La comba al principio cuesta, luego engancha. Te llena de vitalidad y es un excelente ejercicio para hacer sin salir de casa. No tenemos excusas: ejercicio lleno de calidad y económico.