Como uno de vosotros ha comentado a raíz de la crítica de “El silencio de Lorna”, el cine debe reflejar la vida humana y ésta no se reduce al drama y tragedia, sino que encuentra en la risa y el humor una cualidad que distingue al hombre del animal. Es verdad, además, que la comedia está infravalorada en festivales y en ciertos círculos cinéfilos, aunque no en la taquilla… donde el espectador demuestra ir al cine fundamentalmente a divertirse y desconectar de la realidad, no a plantearse cuestiones existenciales más o menos profundas. Pero también es cierto que la comedia es el género que más fácilmente cae en lo repetitivo y tópico, en lo provocativo y frívolo, y que se presta como ninguno a moverse por terrenos superficiales y zafios… porque hacer un gag inteligente no está al alcance de cualquiera, y menos que esa situación responda a un sentimiento o inquietud humana.
No abunda el tratamiento respetuoso con la dignidad de la persona entre la comedia contemporánea –no hablo de la parodia–, porque es más cómodo tirar del comentario chusco y de la situación escabrosa que del ingenioso o de la realidad interior. Aunque los tiempos de Lubitsch o Wilder pasaron y la narrativa clásica también, sus películas conservan ese golpe de inteligencia que hace reír y disfrutar desde la sugerencia y la ironía, sin rebajar al espectador y obligándole a completar la escena incoada. ¿Qué debería tener una buena comedia de nuestros días?, ¿cómo hacer reír y a la vez provocar la simpatía del espectador?, ¿cómo entretener y enternecer con personajes próximos a los que acabemos queriendo?
Difícil tarea la que proponemos, y por eso la comedia es el género más difícil. Primero porque el espectador de cada cultura responde de manera distinta a unos estímulos que tratan de obtener una carcajada, porque hay un humor inglés y otro germano… Pero, todas tendrían que capturar la atención para, de manera ágil y fresca, dar un giro (visual o verbal) que desconcierte y haga saltar la risa; tendrían que dejar un espacio de ambigüedad o incertidumbre para que no sea demasiada explícita o explicada la gracia; también tendría que jugar con el fuera de campo (visual, sonoro, referencial…) y con la ironía fina (y si es posible con algún matiz que otro al caracterizar a los personajes); y, por supuesto, tendría que considerar al espectador como persona y no sólo como el perro de Pavlov que responde instintivamente. Esta es la comedia que me resulta atractiva, sin sal gruesa ni tópicos previsibles.
Algunas películas lo han conseguido, en mi opinión, en estos últimos años y por eso quiero recomendarlas, para reír a gusto y sentir la humanidad de sus personajes. Aunque algunas sean tragicomedias o comedias dramáticas –y al margen de otras que se podrían añadir–, estas son mis propuestas (sólo cuatro para no perderme en listados ni rebajar el nivel, y una quinta española por eso de apoyar a la Roja):
- “El pequeño Nicolás”
- “El concierto”
- “Bienvenidos al Norte”
- “Lars y una chica de verdad” (aunque sea más drama que comedia)
- “Animales de compañía” (aunque sea más negativa y dañina que otra cosa)
En las imágenes: Fotogramas de “Bienvenidos al norte” – © 2008 Distribuida en España por Wanda Visión. Todos los derechos reservados. De “El concierto” – © 2009. Distribuida en España por Vértigo Films. Todos los derechos reservados.De “El pequeño Nicolás” –© 2009 Distribuida en España por Vértigo Films. Todos los derechos reservados.
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