Cada vez se acerca más la disolución de la Posición Común que evitó que la dictadura continuara abusando de la disidencia como quisiera, y ahora, como una serpiente, la vemos arrastrarse hacia su nueva posición de conveniencia que la fortalecerá en aras de permanecer en el poder, y de continuar, a través de los “herederos” de los Castro, siendo los dueños absolutos de Cuba.
Altanero como siempre, Raúl Castro se presenta ante los presidentes internacionales que hasta ahora han hecho frente común a sus violaciones de los Derechos Humanos, e intenta cambiar la historia, como si repitiendo la mentira en cuanta plaza le ofrezcan, llegaran a creerle.
Para colmo, acaba de vociferar que las negociaciones con los Estados Unidos deben ser lentas; compró pescado y le cogió miedo a los ojos, dirían en Cuba. Es como negociar con locos, incapaces de brindar una mínima coherencia. Los Castro necesitan hacer creer que llevan la voz cantante y que no son los desesperados, y hacen trucos como si se tratara de un vulgar juego de cartas donde se finge tener el trío de ases.
Mientras no haya visos de cambio y respeto a los derechos humanos, es un error fortalecer la dictadura. Por desgracia, ese ánimo positivo no lo visualizo en las intenciones del régimen totalitario, que si no queda otra, tendremos que continuar enfrentando por el resto de nuestras abusadas vidas.
Ángel Santiesteban-Prats
14 de mayo de 2015
Prisión Unidad de Guardafronteras
La Habana