La comida

Publicado el 29 octubre 2015 por Alejandropumarino

D. César González Antón, responsable de “la sexta” planifica la próxima campaña electoral con el Sr. Iglesias y el Sr. Errejón en la inatantánea adjunta, pero mientras los debates televisados se llevan a cabo en un chigre de barrio cuyo menú del día oscila alrededor de los diez euros, la cosa privada sale a no menos de sesenta, esto es, unos cincuenta de menú, más diez por cada una de las caipirinhas que se ventilaron los comensales a guisa del necesario carminativo posterior a la pitanza.

D. Pablo, que se preocupa del pueblo, que critica la concentración del capital en unas pocas manos, que sufre urticaria cada vez que oye el nombre del Sr. Amancio Ortega, se flagela sufriendo en un restaurante de lujo y de moda en la capital, en el que comer a diario, supondría unos mil ochocientos euros mensuales para una sola persona, esto es, cinco mil cuatrocientos en una familia de tres personas, y esta filosofía de gasto no es suscrita por el político emergente que, como él mismo afirma, vive de sus contradicciones.

Los políticos catalanes defienden la inmersión lingüística, esto es, la imposición apenas disimulada del catalán en detrimento de la lengua oficial en todo el estado español, que aplican al pueblo, mientras sus hijos estudian en colegios bilingües que suelen incluir además del castellano el inglés y el alemán, pero en ningún caso el dialecto local; D. Pablo Iglesias aplica el mismo principio y procura la austeridad para la ciudadanía en la que él mismo no se incluye, aunque considera “casta” al resto de la clase política. Otra curiosa forma de entender el progresismo, que como siempre, empieza por uno mismo. Y sí que progresó el muchacho, sí…