Publicada en 1923, la novela presenta a Zeno Cosini, un burgués que vive en Trieste y que, terriblemente enganchado al tabaco, construye sus memorias a instancia de su psicoanalista y como parte de su proceso de desintoxicación.
Zeno analiza casi todos los aspectos de su existencia: la relación con su padre, los extraños vínculos que crea con otras personas y especialmente con las mujeres que han pasado por su vida: sus enamoradas, sus amantes y la variable relación con su mujer, Augusta, a la que respeta pero no ama.
Zeno es caótico, mentalmente desordenado, infiel de voluntad y de hecho, un desastre en los negocios. Su principal virtud , paradójicamente, es ser un consumado maestro del autoengaño, lo que le permite justificar sus acciones a pesar de que objetivamente su vida privada y profesional han sido una sucesión interminable de fracasos.
Ésta es la gran aportación de la novela, la que atrapa al lector y la que dejará un modelo literario para recordar: Zeno describe minuciosamente sus comportamientos, a menudo despreciables, para concluir siempre con una reflexión que le lleva a la justificación y al autoperdón. Reflexión que es a la vez una sátira de su modo de actuar.
La novela es brillante en su conjunto, y el personaje de Zeno es absolutamente inolvidable, a pesar de lo cual es una travesía larga y a ratos -lo confieso- el siglo que hay de distancia hace que se vuelva espesa.