Una vez en camino, los nómadas compartieron su decepción y frustración unos con otros. Esperaban oír una revelación de una gran verdad universal que les permitiría obtener riqueza, salud y utilidad para el mundo. Sin embargo, se les había encomendado una tarea humilde que no tenía ningún sentido para ellos. Con todo, el recuerdo del resplandor de su visitante incitó a cada uno a recoger algunas piedras y meterlas en sus alforjas mientras manifestaban su disgusto.
Viajaron durante todo el día y la noche, cuando acamparon, hurgaron en sus alforjas y descubrieron que cada piedra que habían recogido se había convertido en un diamante. Estaban contentos de tener diamantes. Estaban tristes por no haber recogido más piedras."