La Conquista del Oeste

Publicado el 27 septiembre 2010 por Vicented @Elcineesnuestro
Contar la historia de los Estados Unidos a lo largo del siglo XIX en tan sólo dos horas y media fue la ambiciosa pretensión de los productores de la Metro con este film, La Conquista del Oeste (1962). Un aparatoso proyecto en el que no escatimaron en gastos y esfuerzos: un enorme reparto con las mejores estrellas de Hollywood, como James Stewart, Gregory Peck o George Peppard, suntuosos decorados, vestuario de lujo y las más bellas postales del paisaje norteamericano, es decir, las grandes praderas, el río Ohio, el Missisippi, los desiertos, la cordillera de los Apalaches... Para tal fin, contaron con un nuevo método para rodar con tres cámaras simultáneas, el Cinerama, con el que buscaban sacar mayor partido a los espectaculares paisajes.El intento de dotar de una columna vertebral a esta película de tan grandes dimensiones se basaba en el paso de varias generaciones de una misma familia y en su presencia en los acontecimientos más relevantes del siglo. Los personajes y sus propias circunstancias poco importan, apenas se encuentran definidos, siendo imprecisos y poco profundos, con muchas prisas para la próxima aparición de la estrella de turno que, como Henry Fonda, John Wayne o Lee van Cleef, pasan sin pena ni gloria, pues son meras excusas para mostrarnos un verdadero compendio de tópicos del Far West : los pioneros y primeros colonos, la fiebre del oro, la llegada del ferrocarril y el telégrafo, las manadas de bisontes, los grandes ríos, la Guerra Civil, las Guerras Indias... en lo que pretende ser la verdadera historia de los Estados Unidos o, incluso, el mejor western de la historia, quedándose en un resultado atropellado a pesar de su duración, al pasar de puntillas por muchas temas sin pisar ninguno (véase la parte de la Guerra Civil, rodada por John Ford), y quedando una sensación de hastío ante tanto exceso que no conduce a mucho. A pesar de ello, tiene alguna que otra escena que merece la pena, como la de los rápidos y las balsas de los pioneros o la de la estampida de los bisontes, y de la música, compuesta por Alfred Newman, poco que decir, sobretodo por el tema principal. Me limitaré a poner el enlace, que tal vez no se vea muy bien, pero el sonido es excelente.