Publicación: Febrero 2012
Precio: 18,00€
ISBN: 9788448038915
Serie: 1º Las revelaciones de Riyria
Asesinaron al rey. Buscaron dos tipos a los que echarles la culpa. No eligieron bien.Ésta es la historia de dos malhechores que está en el lugar equivocado en el momento equivocado. Royce Melborn, un hábil ladrón, y su compañero, el antiguo mercenario Hadrian Blackwater se ganan la vida haciendo trabajos sucios para los nobles. Hasta el día en que alguien les convierte en chivo expiatorio del asesinato del rey. Condenados a muerte sólo les queda una salida: desenmascarar al verdadero culpable de la conspiración.
Llevo un rato delante del ordenador pensando la mejor forma de comenzar esta reseña, alguna frase que esté a la altura del libro, algo que pueda describir lo mucho que me ha hecho disfrutar; pero he llegado a la conclusión de que cualquier cosa que diga será mediocre comparado con la impresión que ha dejado la historia de Michael J. Sullivan en mí.
Hay libros que te hacen disfrutar, pasar un rato entretenido, pero sabes que posiblemente no los volverás a releer... Éste no es el caso en absoluto. Puedo afirmar que no pasará mucho tiempo antes de que La conspiración de Melengar vuelva a ocupar un lugar en mi mesilla de noche, así como las siguientes aventuras de esta maravillosa saga.
Como bien podemos leer en la contraportada, esta novela no trata de un antiquísimo mal que debe ser destruido, ni de un niño huérfano que llegará a ser el héroe que salve el mundo. Precisamente estos dos puntos son los principales motivos por los que destaca la historia. Nos encontramos con dos hombres que se ganan la vida de una manera digamos poco honrada -aunque comparándolos con los malos de la historia parecen hermanitas de la caridad-; Hadrian Blackwater es un antiguo mercenario, alto y robusto es el más carismático; Royce Melborn, diestro ladrón, es más bajo y con un carácter más reservado y misterioso. Ambos forman un tándem cautivador que se dedica a hacer todo tipo de trabajos sucios por dinero, sobre todo para los nobles. Sus diálogos son de lo más divertidos, formando una pareja de lo más peculiar.
Hace tiempo leí una frase que decía: hasta la supervivencia de una banda de ladrones necesita de la lealtad recíproca. Y ésto es lo que ocurre con nuestros protagonistas; se procesan una lealtad que va mucho más allá de la conveniencia, son compañeros y amigos incondicionales, pase lo que pase. Hadrian es el impulsivo de los dos, el que acaba metiéndolos en líos. Por el contrario Royce es el más prudente, aunque siempre acaba siguiendo los pasos de su amigo para terminar diciendo un "te lo dije".
Precisamente la personalidad de ambos es la que los mete de cabeza en la conspiración que nos atañe. Hadrian convence a Royce de realizar un trabajito de lo más sencillo y muy bien pagado. Algo que en un principio parece muy atractivo termina convirtiéndose en una maquinación que los llevará a una condena a muerte, o lo que viene siendo lo mismo, a un "te lo dije" de Royce.
Aunque Royce no había dicho ni una palabra, el hecho de ser responsable de la situación en que se hallaban molestaba a Hadrian. Mientras esperaban allí, juntos, la culpabilidad y el silencio se hicieron insoportables.Alguien les ha tendido una trampa, y sin ni siquiera verlo venir son acusados del asesinato del rey. Dos ladrones que han entrado furtivamente en el castillo y son encontrados en la misma habitación que el cadáver del monarca no tienen muchas posibilidades de parecer inocentes. Lo que los conspiradores no saben es que se han equivocado al elegir a Hadrian y Royce; no son dos ladrones comunes, por lo que el ardid les saldrá caro. El misterio y suspense se mantiene durante todo el libro, encandilando al lector de principio a fin.
-¿No vas a decir "ya lo había dicho"?- susurró Hadrian.
-¿De qué servirá hacerlo?
-Ah, así que estás diciendo que vas a guardarte esto para echármelo en cara en algún momento futuro que te sea personalmente más beneficioso?
-No veo el sentido de malgastarlo ahora, ¿y tú?
También nos encontramos con otros personajes, que si bien no llegan a la altura de los protagonistas, son unos secundarios de lujo. Los más destacables son Alric, príncipe de Melengar, el cual corre un grave peligro ahora que su padre ha sido asesinado; y Myron, monje que se une a la aventura, siendo sin duda este el personaje más entrañable. Ha vivido toda su vida sin salir de la abadía, y ahora el mundo que se presenta ante él es aterrador y a la vez maravilloso.
Aunque no lo he mencionado hasta ahora, también podremos encontrar magia, al igual que elfos o enanos entre otros... Como digo, no los he nombrado hasta este momento porque aunque tienen cierta importancia en algunos momentos del libro no es algo que destaque especialmente, por lo menos en mi opinión. Supongo que a lo largo de la saga iremos conociendo más a los diferentes seres y profundizaremos más en la magia.
La serie está compuesta por seis volúmenes, sin embargo nos encontramos ante una historia autoconclusiva. El final es cerrado por lo que se puede leer perfectamente como libro único -aunque dudo que las personas que lo lean decidan no seguir con los siguientes-. En conclusión una apuesta segura para aquellas personas que aprecien la fantasía. Un libro ameno, divertido, con una trama que atrapa y unos protagonistas inolvidables. Michael J. Sullivan se ha convertido gracias a Las revelaciones de Riyria en un autora a tener en muy en cuenta.