La Florencia del Renacimiento ve deteriorada su política ante los abusos de poder de Lorenzo de Médici.
Las intrigas palaciegas se desarrollan en torno a las maniobras políticas que impone el cabeza de familia en su ciudad y que acabarán poniendo en peligro de vida o muerte a su clan.
Mientras, la muerte del hermano de Lorenzo, Giuliano, servirá como pretexto para adentrarnos en las prácticas de la familia Médici y también para acercarnos un poquito a la obra de Botticelli.
Las obsesiones amorosas de Giuliano llevarán a la perdición a esta familia tan poderosa y, para que el lector sea consciente del lado oscuro de las pasiones, Barbara Frale narra todo el contexto que necesitamos para reconstruir el asesinato de Giuliano, hermano pequeño de Lorenzo de Médici.
Frale, nuestra autora, se basa en datos históricos que ficciona para dar a la novela una narración fluida llena de intrigas señoriales.
Su trabajo en los Archivos Secretos del Vaticano le permite tener información de primera calidad que contrasta con multitud de datos históricos. Esta carga histórica mantiene su esencia en La conspiración Médici, aunque la parte de los amoríos de Giuliano acabe siendo un pretexto para desarrollar ese historicismo.
Digo a viva voz que no me gustó nada que a través de una violación se justifique la forma en que una mujer se enamora de Giuliano. No me gusta porque se muestra todo el cortejo del hombre y Giuliano acaba jugando mil cartas para conquistarla y, al final, es a través de la dominación y de la violencia cuando ella engendra amor hacia él.
Este abuso es una licencia literaria, al igual que el resto de maniobras de cortejo de este personaje, y es justo con la forma violenta con la que consigue culminar el fin de su obsesión. Saciar sus ansias carnales en esa mujer.
Parece que el mensaje es que si una persona domina a otra en contra de su voluntad y de forma violenta esa persona quedará prendada y enamorada de él. Y eso no es así.
Luego se planea otra violación con pelos y señales que, además, rompe los lazos de amistad con el marido de esa mujer. Todo está completamente validado para poseer el cuerpo de ella. Totalmente repugnante. Porque son hombres con mil cartas para llevar a cabo un cortejo y se les acaba poniendo como única vía posible la violación de la mujer amada. Y no me vale que es que muestra la mentalidad de la época. Porque dar un escenario a los matrimonios de conveniencia sí que es mostrar la tradición de la época. Pero las licencias literarias se basaron en violaciones «justificadas» de las que se pudieron prescindir por completo en la narración, además de desagradable, resulta denigrante hacia la mujer. Parece que cualquier contexto, sea real o de ficción, es justificable a la hora de abusar de una mujer.
La relación entre hermanos se basa también en la dominación. Puesto que Lorenzo utiliza a su hermano como una ficha más en su política.
Las relaciones entre las diferentes familias se basan en lazos en los que se pretende tener más poder y, por ende, poder dominar más territorios.
La rivalidad entre los Médici y los Pazzi también busca subyugar al otro.
La política se basa en que Lorenzo de Médici somete al resto de políticos.
El control de las empresas, de las mujeres, de las familias, de las leyes y de toda Florencia es el vórtice de problemas de este libro.
Está muy lograda la narración de los hechos históricos de la familia Médici en el Renacimiento y la reconstrucción de la siniestra muerte de Giuliano de Médici. Sin embargo, algunas licencias literarias intentan plasmar bajo la excusa de «la mentalidad de la época» unas actitudes que bien se ve en la obra que podrían haber seguido a otros derroteros o, incluso, haberlo eliminado.
El final deja claro que Lorenzo es un hombre de poder que impone su voluntad. Mi conclusión es que el poder corrompe, te hace perder tu parte humana y humanitaria y que Lorenzo no aprendió nada con la muerte de su hermano aunque se plantee un final abierto que se puede interpretar como esperanzador.