- Garantizar Igualdad entre hombre y mujer
- Eliminar privilegios de la Iglesia Católica (Estado laico)
- Proponer nuevo encaje territorial: Estado federal (inclusión del derecho de autodeterminación)
- El senado (cámara autonómica real o desaparición)
- Eliminar aforamientos
- Cumplimiento y blindaje real de los derechos fundamentales (falta blindaje de Sanidad, Pensiones, Dependencia, Matrimonios homosexuales)
- Ley electoral (cambiar provincia por C.A. como circunscripción electoral)
- Forma de Estado: Referendo entre Monarquía y República
- Abolir el techo de déficit público
No seré yo quien critique cómo surgió y se aprobó la Constitución, a pesar de haber votado en contra. Entiendo que en aquellos tiempos, donde los ruidos de sables y los poderes fácticos franquistas eran un obstáculo importante, era necesaria una Carta Magna que nos sacase de las leyes de la dictadura. Sin embargo estoy convencido de que esos “padres de la Constitución” nunca pensaron que debería ser una ley eterna, sino más bien fruto de un acuerdo que tenía en cuenta los tiempos y los peligros que se vivían.
Desde hace ya bastantes años, estamos conviviendo con una Constitución obsoleta en gran parte, fruto de otros tiempos, que no ofrece las garantías democráticas y sociales que son necesarias. Sólo el PP, con su espíritu rancio, decimonónico y casposo, es capaz de defender a ultranza esta Carta Magna; y sólo está en desacuerdo en el tema de la herencia de la corona, donde sí que eliminaría el privilegio del sexo masculino. Naturalmente, pensando en que la primogénita de la Corona es una mujer. Lo único que le importa, perpetuar la monarquía.
Sin embargo, hay puntos mucho más importantes, entre otros la forma de Estado, puesto que debería haber un referendo previo para saber si los ciudadanos prefieren la Monarquía y la República. Muy importante es también la cuestión territorial, cuyo encaje hace tiempo que hace aguas y donde Cataluña y Euskadi se sienten incómodos.
También habría que anular los privilegios de la Iglesia Católica, denunciando y eliminando el Concordato con la Santa Sede. Hay que hacer de verdad que este Estado sea laico, como corresponde a estos tiempos y a los países que nos rodean.
Así mismo, en el caso de los derechos sociales, hay que incluir la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres y blindar derechos sociales elementales como: Sanidad, Pensiones, Dependencia y otros.
Hay que plantar la semilla para que la ley electoral sea más justa, por lo que hay que cambiar la circunscripción electoral de la provincia por la de la Comunidad Autónoma. Y de ahí, posteriormente, consensuar una ley electoral nueva.
Y, sin duda, hay que eliminar la corrección hecha con alevosía y agostidad por PP y PSOE, del artículo 135 donde se limita las competencias del Estado, las CC.AA y los Ayuntamientos y demás Administraciones Públicas al mandato de la Unión Europea y antepone el déficit público a las necesidades sociales de la población.
En fin, un cambio radical. La aplicación del maquillaje que proponen PSOE y Ciudadanos lo único que conseguirán es alargar la agonía de una Constitución que se ha quedado caduca, que no corresponde a los tiempos actuales y que ha sido votada por menos de la mitad de los ciudadanos que hoy conviven bajo su tutela.
Salud y República