I. Breves disquisiciones sobre la naturaleza del discurso histórico y su metodología.
Un reputado arabista francés se preguntaba si Mas„udi (m. 955), uno de los más grandes historiadores y geógrafos del Islam, era un historiador o un literato2 , “la respuesta es que era ambas cosas”, porque el lenguaje en sí mismo es retórico. Todo lenguaje es metafórico y el tropo es el paradigma lingüístico por excelencia. Así, para cualquier escrito literario, y la historiografía también lo es, la “retoricidad” del lenguaje ha sido y es requisito indispensable; pues en virtud del carácter político-social y simbólico del lenguaje (sus dos rasgos esenciales) puede el literato y el historiador construir a través del discurso –redirigiendo el lenguaje y, de esa forma, “apartarlo o desviarlo de su primera función de comunicación inmediata y perentoria- mundos de ficción, o posibles o indiferentes al criterio de veracidad que, sin embargo, cautivan y embelesan”.LEER MÁS »