Una niña rica
Gertrude Margaret Lowthian Bell nació el 14 de julio de 1868 en el condado inglés de Durham. Su madre se llamaba Mary Shield y su padre Hugh Bell. Hugh era heredero del gran magnate de la siderurgia sir Isaac Lowlluan Bell. Gertrude había nacido en uno de los hogares victorianos más ricos y prósperos pero la felicidad fue truncada por la muerte prematura de su madre cuando dio a luz a su hermano Maurice. Gertrude tenía entonces tres años y la desaparición repentina de la madre fortalecería muchísimo la relación de tuvo con su padre la cual no desaparecería a lo largo de toda su vida. Ni tan siquiera cuando Hugh volvió a casarse en 1876 con Florence Olliffe, una joven escritora de veintiséis años que descubrió a la pequeña los fantásticos cuentos orientales. Su padre y su madrastra tendrían tres hijos, Elsa, Molly y Hugo y en aquel tiempo Gertrude pasó largas temporadas con sus primos y abuelos y fue educada en casa. Cuando la joven cumplió dieciséis años, su padre, consciente del talento de su hija no dudó en enviarla a estudiar al prestigioso colegio femenino londinense Queen’s College. Allí Gertrude demostró ser una estudiante modelo y destacó hasta tal punto que su profesor de historia le propuso continuar sus estudios en Oxford, un lugar muy poco común para una mujer y donde su estancia académica no estuvo exenta de comentarios machistas por parte de profesores y estudiantes. A pesar de los prejuicios sociales, Gertrude se había convertido en una joven coqueta, inteligente pero con tal nivel de arrogancia que espantó a cualquier posible pretendiente. Empezaron entonces unos años difíciles en los que la búsqueda de marido se convirtió en una tarea poco menos que imposible. Buscando su camino