Maryclen Stelling.
Una corta e intensísima campaña electoral presidencial es reseñada, con pocas excepciones, por unos medios de comunicación políticamente involucrados en la contienda y ello se refleja en la manera como prestigian la campaña de uno u otro candidato.La legitimidad del candidato oficial Maduro proviene del legado político de Hugo Chávez mítico; del pueblo “chavista” que respeta la voluntad de su líder y lo reconoce como legítimo heredero y candidato; de su historia personal y compromiso con la causa revolucionaria; de su larga relación político-personal con Chávez. De su desempeño como Presidente (E) y candidato presidencial en una campaña obligado a transitarla de la mano de Chávez y su proyecto de país. Suerte de cuerda floja, en la que deberá manejarse entre la búsqueda de su individualidad y el peso político del líder. La legitimidad del candidato de oposición Capriles deviene de su elección en las primarias de 2012 y su desempeño (votos) en la campaña presidencial; de sus características físicas (edad, peso, etc.); de su trayectoria política (“Estoy preparado para ser Presidente”) y de su campaña actual caracterizada por un discurso violento y confrontador que lo “ranquea” frente a su adversario.
La campaña de Maduro apela constantemente a la emotividad, memoria del líder y su caracterización como “el hijo de Chávez”. Resalta la conexión e identificación político-programática de Maduro con el electorado, quien se define como “…hombre del pueblo, líder socialista…”. El eje central es el Plan de la Patria y la intención de continuar la profundización del socialismo en tanto legado y único camino posible. La pragmática campaña del candidato Capriles, descontextualizada ideológicamente, enfatiza en la crítica negativa a la gestión de gobierno, principalmente inseguridad, inflación, escasez, corrupción y fallas en los servicios públicos e industrias básicas. Destaca que “es la solución”. Maduro promete que será ” el Presidente de la seguridad y la paz”; enfatiza en su intención de reforzar programas y creará el Sistema Nacional de Misiones y Grandes Misiones Socialistas. Lanza la Gran Misión Eléctrica de Venezuela y declara el servicio eléctrico de seguridad nacional; para atacar la burocracia y la corrupción anuncia la Misión Eficiencia. La oposición riposta que “la inversión en misiones reporta crecimiento en períodos electorales”. Se impone el discurso descalificador “burguesito, caprichito” vs “mentiroso”, “eres un vago”.
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