(Esta es una reflexión previa a la tribuna que voy a escribir para la Revista Capital Humano el mes que viene. En él citaré los comentarios más interesantes, así como los blogs o las cuentas de twitter de sus autores. Ver ejemplo aquí )Leía la semana pasada leía un interesante post de
Alberto Blanco sobre los actuales estudiantes y su prepración para profesionaes
que hoy no existen, y sobre la incorporación de los nuevos profesionales a las
organizaciones y lo que buscan (http://alberto-blanco.com/2011/11/08/no-alumnos-y-nuevos-trabajadores/
)Me llamó la atención una parte en la que Alberto hablaba
sobre cómo los jóvenes entienden el trabajo de una forma más cercana al
hedonismo, y que por ello las organizaciones deberán empezar a desarrollar nuevas
formas de estimular y motivar a este colectivo.Y yo que sigo bajo el influjo de la web 2.0, cautivado
por su potencial y hechizado por cómo van a transformar las organizaciones, no
puedo evitar acercar el ascua a mi sardina, y me pregunto ¿La web 2.0
interiorizada dentro de una empresa ayudará a forjar el compromiso de estos
nuevos profesionales?Es decir, seguro que un joven nativo digital que se
incorpore a una compañía que tiene proyectos 2.0 internos, se sienta motivado
hacia su uso, pero ¿será suficiente para influir en su compromiso?A mí la web 2.0, como ya podéis haber comprobado me apasiona.
La forma de enriquecer la realidad que ofrecen las redes sociales a través de
la conversación me parece increíble, las posibilidades de la cocreación
prácticamente infinitas. He conocido profesionales espectaculares, que me
provocan con sus reflexiones, de los que aprendo continuamente, incluso con los
que he colaborado en proyectos 1.0 a raíz de nuestra relación virtual.Pero aun así tengo dudas. Veo claros los beneficios que puede
obtener una organización internamente a través de la web 2.0 en campos como la
gestión, del conocimiento, los procesos de aprendizaje, la comunicación interna
o selección de profesionales, pero ¿puede existir una relación entre los
proyectos sociales internos y el compromiso de los profesionales? La
conversación engancha, pero ¿lo suficiente como para fidelizar? ¿Vincula o sólo
motiva? ¿Es condición suficiente, necesaria o ninguna de las dos?