Hace unos días en uno de los encuentros que mensualmente realizamos unos cuantos “pirados” de esto del Marketing Digital y que hemos bautizado como “Think Tank Marketing Digital”, nos dio por hablar de la idoneidad de los medios digitales como canal de comunicación.
Resultó interesante que profesionales que nos dedicamos a esto empezáramos a ponerlo en duda… una especie de catarsis, vamos. Buena parte de la discusión se fundamentaba en algo que un colega ha dicho recientemente y que es algo así como “la conversación no sirve para mucho, lo importante es el negocio”.
Sí, evidentemente lo más importante al final es que todo acabe redundando en más volumen de negocio, más ventas. Pero si pensamos que la conversación, y por ende las relaciones, no sirven de mucho entonces vamos a poner en duda todas estas cosas:
- Un bar, una tienda o cualquier negocio pequeño no necesita ser amable con sus clientes, ni darles conversación porque lo importante es que consuman y compren.
- Un banco puede tratar a patadas a cualquier persona que se acerque a la ventanilla (bueno, algunos lo hacen de manera más sutil, es verdad) porque solo le interesa que deje ahí el dinero. No necesita generar confianza con el cliente.
- Las marcas que basan su estrategia de comunicación básicamente en RRPP a través de fiestas que organizan en sus locales ya pueden dejar de hacerlas. ¿Para que se gastan dinero en eso cuando podrían invertirlo en unas vacaciones en Jamaica?
- Para que ensuciamos la ciudad con vallas publicitarias, anuncios en las marquesinas del bus o carteles colgados en las farolas si la gente no los mira y no sabemos cuantas personas compran nuestros productos por ello.
- Y así podríamos seguir con toda estrategia que se basa en acciones que no puedes medir ni que tienen un impacto en el corto plazo.
Todas estas acciones que he nombrado anteriormente se hacen por varias razones:
- Porque alguien cree que sí tienen impacto en sus ventas.
- Porque es la mejor manera de invertir su presupuesto de marketing para los que no pueden acceder a otros medios como la televisión o simplemente porque es la forma de comunicarse con su target.
- Porque saben que ayudan a su branding y generan recordación y posicionamiento.
- Porque no todo son acciones de corto plazo y algunas empresas sí ven más allá de la promo puntual.
- Y, sobre todo, porque saben que objetivos tienen y porque lo hacen.
Pues eso mismo es para lo que sirve, básicamente, el marketing que se hace en medios sociales: es una estrategia de medio y largo plazo que puedes medir de muchas maneras pero que no necesariamente (ojo, que digo “no necesariamente”) acaba en una venta. Es conseguir confianza con tus prospects. Es buscar que tus seguidores acaben recomendándote a su circulo de amistades y contactos porque confían en tí. Y eso no se consigue con un anuncio sino a través de la conversación.
Ya he dicho en otras ocasiones, y no es un invento mío, que se acabaron los grandes pelotazos, los grandes negocios… ahora se trata de la venta uno a uno, de pelear por cada cliente, de pensar más allá de tres meses y de fidelizar a los clientes actuales. Y ahí los medios sociales tienen un impacto altísimo y, probablemente, más efectivo que otras opciones off-line.
La cuestión es saber que buscan tus clientes, que les gusta, estar donde tu target está y, sobre todo, ser capaz de ganar visibilidad entre toda la vorágine de cosas que todos los días ocurren en los medios sociales.
Así que no estamos ante “la muerte de los medios sociales” sino que estamos ante la guerra de la visibilidad debido a la equivocada percepción de la “gratuitividad” de los medios sociales que lleva a todas las marcas a tener presencia en todas partes en lugar de centrarse en aquellos lugares y acciones que se ajustan más a sus objetivos de marketing y de negocio. O sea, aplicar aquí la misma lógica que aplican para decidir sus inversiones en medios off-line. Ni más, ni menos.
¡Que tengáis una feliz semana!