La copa del rey, para los nacionalistas independentistas, va a ser el 'chupinazo' que abra la carrera hacia la independencia

Publicado el 23 mayo 2012 por Franky

Como es costumbre en Voto en Blanco, elevamos a post un comentario seleccionado por su acierto, oportunidad y calidad de mensaje. --- No hay nada como un partido de fútbol para embrutecer a las masas. Hasta los más comedidos y educados pierden la compostura dando rienda suelta a la agresión verbal y, a veces, física. El próximo veinticinco de mayo juegan en Madrid la final de la Copa del Rey dos equipos de dos CCAAs en las que la mayor parte de sus políticos no quieren al Rey ni a España, el Barcelona y el Bilbao. Una paradoja “tipical Spanish”. Cuando lo lógico sería que los seguidores de sendos equipos, que no quieren al Rey ni a España, no se desplazaran a Madrid a presenciar cómo sus ídolos del balón reciben el trofeo de manos del Rey (en esta ocasión, del Principe, en su representación). Pero en España la lógica parece haber sido abducida de muchos cerebros y sustituida por un chip que estimula las neuronas de la estulticia y el cerrilismo.
Cierto es, que, en España, cuando las masas llegan al estadio ya van embrutecidas. Es lamentable el deterioro político, ético y hasta moral en el que nos han hundido. ¿En qué país se permitiría que desde el hemiciclo de los diputados se llame a las masas para ofender, insultar y humillar los símbolos nacionales, al Jefe del Estado y al pueblo en general? ¿Donde se permitiría que los presidentes de los clubs que van a competir por un torneo insten a su afición a proferir esos insultos y ofensas invocando la libertad de expresión?... Han conseguido que nos avergüence decir que somos españoles.
La Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en respuesta a preguntas sobre lo que se espera en la final de la Copa del Rey (existe el precedente de lo ocurrido el pasado año en Valencia), dijo que si se producía la pitada al himno nacional y al Principe se debía suspender el partido y que se celebrara a puerta cerrada. Decisión que, en cualquier país medianamente democrático y educado, sería lógico tomar, pero, “Spain is different”. No tardaron mucho los vampiros políticos en lanzarse a su yugular en nombre de la “libertad de expresión” que, en boca de esos nacionalistas manipuladores que odian España y a los españoles, hay que traducir por insulto, injuria, odio y burla. Hasta el Ministro del Interior, refiriéndose a sus declaraciones y no a los diputados y presidentes de club que han llamado a las masas para que -utilizando los campos de fútbol como arma política- vociferen como jaurías enloquecidas contra la máxima representación del pueblo español, ha dicho que no hay que mezclar política con deporte. ¡De pena!, señor Ministro del Interior. Pero, ¿quienes son los que mezclan y utilizan el deporte para sus fines políticos...?
Esperanza Aguirre, según mi criterio, no ha estado acertada en sus declaraciones porque, teniendo en cuenta la situación que hoy tenemos en España, es impensable lo que podría ocurrir de suspender el partido con un campo abarrotado con más de setenta mil espectadores, la mayoría, embrutecidos. Hay otras formas de evitar el “espectáculo” (que ya se debía de haber hecho tras la “pitada” en Valencia el año pasado), no permitir a los equipos implicados en estos hechos la participación en la competición al año siguiente, y si cuando vuelvan a participar reinciden aplicarles una sanción mayor.
Pero, si desafortunadas han sido las declaraciones de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, -teniendo en cuenta la situación política por la que estamos pasando porque en un Estado democrático normal sería lo lógico tomar esa medida-, las declaraciones hechas por la portavoz del Gobierno vasco y “miembra” del PSOE, han sido la hipocresía personalizada vestida de cinismo. Claro que, el PSE, o sea, el partido socialista vasco, tiene que hacer méritos para que, tras las próximas elecciones en el País Vasco, les llame AMAIUR (los íntimos de ETA) a formar Gobierno. ¿Qué no...?
Tiempo al tiempo y,... vivir para ver.
Virholmes