Cuatro traductores de la Biblia fueron asesinados recientemente en el Oriente Medio. Hace dos semanas 16 trabajadores cristianos fueron asesinados en una casa de retiro en Yemen. Hace mas o menos tres semanas, un pastor cristiano murió en Guatemala. Ahora quizás nos preguntamos.¿Le importa a Dios su gente, su pueblo?Dos semanas ya an pasado que el el secretario de estado de Estados Unidos John Kerry, dijo que las acciones de ISIS contra los yazidis cristianos y otros grupos minoritarios en Iraq y Siria se considera "genocidio". Hace mas o menos un año Kerry compartió que ISIS atrapó, mató, y esclavizó a miles de mujeres y niñas cristianas sometiéndolas a violación, puestas para venta en una subasta y destruyeron sus comunidades. Otros fueron ejecutados por su fe en Cristo. Y que quede claro, estos eventos recientes son solo algunos. A través de la historia fueron miles y miles de cristianos perseguidos.Nuestro Señor es plenamente consciente de estas terribles atrocidades, y escucha los lamentos y los gritos de las víctimas que sufren por amor a Él. A veces que nuestra mente no puede entender por qué Dios no actúa más rápidamente para acabar con las injusticias. Las Sagradas Escrituras no nos dejan en la oscuridad. Los ejemplos de muchos mártires que sufrieron, nos ayuda a dar respuesta a nuestras interrogantes.A la vista de sus ejecutores, la fe de Juan el Bautista era inquebrantable. El testimonio de Cristo con respecto a este mártir hoy nos da valor "De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista...". Mateo 11:11-12.El diablo esta constantemente en acecho contra nosotros el pueblo de Dios. Sus feroces ataques están en contra de los que vivimos esperando un reino celestial. El mundo y su mente carnal simplemente no pueden entender aquellos que eligen seguir a Cristo y que llevamos una cruz de sacrificio. Como pueblo de Dios, sabemos que la cruz viene antes de la recompensa de los cielos, la muerte antes que la vida eterna y la esperanza después de la decepción.Jesús nos dijo en Mateo 5:10-11 "Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos". También se nos hace muy difícil amar a nuestros enemigos. Cierto? Pero en su gran sabiduría nos dice Jesus en Mateo 5:44-45. "Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que esta en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos y que hace llover sobre justos e injustos". Pensemos y celebremos con alegría la resurrección de Cristo y no olvidemos nunca que la corona del sacrificio y sufrimiento llegará a todos los que buscamos vivir una vida santa. Lloremos con nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo que han perdido a sus seres queridos a las manos del diablo y sus ángeles caídos. Oremos por ellos y por nosotros para que nunca olvidemos la promesa de que un día todo el sufrimiento llegara a un final. Tal como la agonía de Jesús en una cruz por ti y por mi. Para que fuésemos salvos. Bendita sea la gloria de Dios! Amén.