Autor: Max Barry
Editorial: Alienta Editorial
352 páginas
Precio: 17,95 €
Bolsillo: 8,95 €
eBook: 7,99 €
Sinopsis
En la Corporación Zephyr nadie ha visto nunca al Consejero Delegado en persona, aunque está presente a diario en las comunicaciones internas de la empresa. La recepcionista, especialmente guapa, cobra el doble que cualquier otra persona, si bien no parece que tenga ninguna tarea asignada. Los agentes comerciales utilizan libros de autoayuda como manuales de ventas y cualquier empleado de la firma puede montar un pollo sólo porque ha desaparecido el donuts que le correspondía y al que la empresa invita de vez en cuando.
¿Se trata de una empresa normal? En realidad sí, aunque se dedique a algo muy poco habitual y que el lector sólo descubrirá muy al final de la novela.
El autor
Max Barry, nacido en 1973, vive en Melboure, Australia y pasó los mejores años de su vida en las entrañas de Hewlett-Packard, investigando en secreto para este libro.
La Corporación es su tercera novela, en la que repite el éxito conseguido con Lexicón, Syrup y Jennifer Gobierno (Tropismos, 2005).
Es además el creador de NationStates, un juego de simulación online en el que el jugador debe crear su propia nación y gestionarla de acuerdo a sus ideas políticas.
Opinión personal
Cuando empecé este libro llevaba la idea de iniciar una historia con la que me iba a reír, esperaba páginas y páginas de divertidísimas anécdotas con las que morirme de la risa, vamos que mi idea era la de ir a encontrar un libro de humor de aquellos con los que te tronchas irremediablemente. Pues debo confesar que ni una mísera sonrisa se me ha escapado mientras lo leía. Nada de nada.
He encontrado aquí un libro que habla sobre el día a día en una empresa en la que todo resulta exagerado y sin sentido, a pesar de que muchas situaciones son muy comunes para todos los mortales que pasamos parte de nuestro día en una empresa. Hay mucho de absurdo e inexplicable, lo que podría resultar curioso y hasta divertido, pero no me lo ha parecido en absoluto.
Este libro llevaba mucho tiempo es mis estantes esperando turno y he de confesar, tristemente, que no me ha sido la lectura ágil y amena que me esperaba. Me ha costado una barbaridad terminarlo. Quizás no he sabido entender la ironía que el autor parece despilfarrar en esta historia, pero, muy a mi pesar, visto lo visto, de no haberlo leído no me habría perdido nada.
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http://www.maxbarry.com/