Antes de hacerse coronar por el Papa, siguiendo el ejemplo de Carlomagno, Napoleón estaba ansioso por ir a meditar a la tumba del gran emperador carolingio, del que se consideraba digno sucesor. Un viaje a orillas del Rin, una gira triunfal en las famosas ciudades alemanas que la Francia de la Revolución había sido tan orgullosa de conquistar, le pareció al nuevo soberano un apropiado prólogo a la pompa de la coronación. Napoleón estaba deseoso de impresionar la imaginación de la gente en su nuevo Imperio y en el antiguo Imperio de Alemania. Deseó que las trompetas de la fama sonaran en su honor en ambas orillas del famoso y disputado río.LEER MÁS »
Antes de hacerse coronar por el Papa, siguiendo el ejemplo de Carlomagno, Napoleón estaba ansioso por ir a meditar a la tumba del gran emperador carolingio, del que se consideraba digno sucesor. Un viaje a orillas del Rin, una gira triunfal en las famosas ciudades alemanas que la Francia de la Revolución había sido tan orgullosa de conquistar, le pareció al nuevo soberano un apropiado prólogo a la pompa de la coronación. Napoleón estaba deseoso de impresionar la imaginación de la gente en su nuevo Imperio y en el antiguo Imperio de Alemania. Deseó que las trompetas de la fama sonaran en su honor en ambas orillas del famoso y disputado río.LEER MÁS »