La cosa a la que llamamos “performance”

Por Fuensanta

Bueno, le llamamos así, puesto que fue un acto público, en el que se trató de transmitir a la gente que nos fuera a ver unas sensaciones, una historia colectiva, unos sentimientos, e incluso una inquietud, mediante unas acciones y una sonorización del espacio. Y así ha resultado, más o menos.

Hemos realizado nuestra acción en el lugar previsto, junto al Conde, que se ha portado muy bien, estándose quieto y atento, como corresponde a su calidad de estatua.

Preparación antes de la campana

Según mis alumnos y alumnas, en los ensayos previos y en la preparación individual y colectiva había salido mejor, pero las cosas son así. La gente que los miraba no lo sabía. Ha fallado el músico, pero no así el cartelista, que Paco nos hizo un cartel bien moderno, grande y expresivo.

Sintiéndose sola y derrotada

Cada mochuelo a su sentimiento

Cada individuo ha ido a su posición, a cultivar su sentimiento individual. El tema común era la frustración personal y la incertidumbre ante los objetivos que cada uno se propone para conseguir.

El grupo no es la solución total, porque no somos gregarios ni aborregados, pero reconocemos que el apoyo del grupo nos conforta y nos ayuda a encontrar la claridad en nuestros sentimientos y deseos.

El objetivo está muy alto, pero ¿quién os impide elevar a alguien en un momento entre todos y que nos alcance algo que deseamos todos?

Esfuerzo colectivo

El grupo decide en quién pone su confianza en cada momento. No hay líderes para siempre. Sólo el necesario para conseguir el objetivo. Una cierra los murmullos de impotencia.

Otra es alzada entre todos.

Se consigue. El grupo comparte lo logrado y lo disfruta. Después, cada individuo vuelve a su soledad, con un sentimiento diferente al que traía al comienzo.

Todo ha terminado. Estamos juntos.