En poco más de 150 páginas, Victoria Álvarez nos hace pasar verdadero miedo en una misteriosa mansión
“La Costa de Alabastro” es la última publicación de Victoria Álvarez, una novela breve que ha visto la luz bajo el sello de Runas (Alianza editorial) en septiembre de este año. Ya conocía a esta escritora de su trilogía “Dreaming Spires” y por eso esperaba grandes sensaciones de este nuevo libro. Tengo que decir que no me ha defraudado lo más mínimo y te recomiendo su lectura con mi reseña.
Dos trayectos en autobús es lo que me ha durado “La Costa de Alabastro” y no únicamente por su brevedad (150 páginas), más bien por lo interesante de su espeluznante trama que ha hecho que no despegue la vista del libro ni para mirar las paradas del autobús. Victoria Álvarez narra en esta nueva entrega los misteriosos sucesos que experimenta la señorita Baudin (una enfermera con experiencia en cuidar a niños en fase terminal) cuando se muda a Normandía para vivir unos días en Monjoie (un impresionante caserón ahora venido a menos que se alza al lado de un acantilado) y encargarse así de Sophie, una niña muy peculiar que vive sola con su padre desde que su madre falleció. La pequeña y moribunda Sophie no tarda en poner a prueba la serenidad de la joven enfermera, afirmando constantemente que el fantasma de su madre la acompaña en todo momento e incluso utiliza un tablero ouija para aprender a comunicarse con la gente cuando ella misma haya muerto. Por si esto fuera poco, unos extraños acontecimientos no cesan de sucederse: esvásticas que aparecen pintadas en la pared, chirridos en la oscuridad, siluetas oscuras en la nieve y un sinfín de manifestaciones más, aparentemente inexplicables, que remueven el trágico pasado de Baudin que el lector conocerá con el tiempo. ¿Qué ocurre realmente en Monjoie?. A cada vuelta de hoja te preguntas si todo es producto de la presencia de la madre de Sophie (una bella mujer adorada por todos), de los nazis que unos años atrás murieron en la casa en un bombardeo, de un espíritu maligno que acompaña a la joven o de la siniestra imaginación y macabro sentido del humor de Sophie.
Me ha encantado “La Costa de Alabastro”. La oscuridad que impregna cada página, la atmósfera casi asfixiante que recrea, el miedo que pasan los personajes y que traspasa el papel para rozar con sus sutiles dedos al lector… todo es maravilloso en esta novela breve que me ha recordado un poco a “Rebeca” de Daphne du Maurier en lo que a la trama se refiere: una mujer joven que ahora vive con un viudo en una casa que rezuma por todos lados la impronta de una mujer fallecida. El halo gótico de fatalidad que desprende la historia también es un punto a favor para Victoria Álvarez, experta en conseguir este efecto en algunos de sus libros. Su final es un poco abierto, puesto que caben varias interpretaciones a lo ocurrido, aunque yo tengo bastante claro con cuál me quedo.
Como lectora entusiasta del género de terror y misterio no puedo dejar de recomendarte “La Costa de Alabastro”, un libro que además cuenta en su edición con la belleza de las colecciones de Runas, lo cual lo hace más deseable si cabe. Estoy segura de que a ti también se te hará corta esta sobrecogedora historia, pero sé que la disfrutarás página tras página… si te atreves, claro.
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