LA COSTA DE ALABASTRO, VICTORIA ÁLVAREZ | 2018 | NOVELA CORTA | RUNAS| 160 PÁGS.Una enfermera llega a una mansión ruinosa en la costa normanda para cuidar de la joven Sophie Clairmont, una niña inteligente y un tanto especial, durante los últimos meses de su vida. La Segunda Guerra Mundial acaba de terminar y las huellas de la ocupación nazi son visibles por todas partes, pero no son solo los soldados alemanes los que todavía parecen rondar por Monjoie. La difunta madre de la niña, tan perfecta y querida, hace sentir su presencia en las vidas de todos. Y cuando la pragmática enfermera llegue para cuidar a Sophie irá descubriendo que el retraído señor Clairmont también está abrumado por sus propios fantasmas.
La Costa de Alabastro es la primera novela corta de terror de Victoria Y MADRE MÍA CÓMO ME HA GUSTADO. Yo lo tengo más que dicho, para mí los libros de Victoria son un acierto seguro. Libro que saca, libro que ni me planteo leer porque sé que lo voy a disfrutar muchísimo, por algo es mi autora favorita. Y por supuesto La Costa de Alabastro no iba a ser la excepción.
Siempre he pensado que a Victoria le sentaría genial el terror y no me equivocaba en absoluto y esto solo me lleva a una conclusión: Quiero una novela de terror, sin estrés ¿eh? Pero después de esto NECESITO LEER MÁS DE VICTORIA EN ESTE GÉNERO.
La Costa comienza con la llegada de una enfermera a la mansión Monjoi para cuidar de Sophie, una niña que está en las últimas. El único propósito es aliviarle los últimos meses de vida y que el señor Clairmont encuentre en esto un poco de descanso. Pero todo comienza a torcerse cuando los fantasmas de Monjoi salen a la luz.
Escribir una novela corta me parece de lo más complicado porque tienes que conseguir en pocas páginas lo mismo que en una novela: Una trama bien construida, una ambientación lograda y unos personajes que estén bien explicados. Victoria en 151 páginas ha logrado eso y más. En esta ocasión no se ha podido recrear tanto en la ambientación ni en las descripciones porque tenía que ser más directa pero le ha quedado un libro exquisito.
Como la arquitecta de paisajes que es te puedes imaginar la costa normanda a la perfección al igual que el declive de la mansión Monjoi. Una casa que no está en su mejor momento y que conforme la imaginas dices ''No pongo un pie ahí ni de coña''. Y sin duda la casa es una de las grandes protagonistas de la novela pero para mí la reina es Sophie.
Sophie que en pocas páginas ya descubres que es una niña siniestra con la que no querrías cruzarte ni borracho y menos en una casa así. Con ese humor tan peculiar, ese tinte triste debido a su enfermedad y a su infancia. Sophie es, sin duda, la que más veces me ha puesto los pelos de punta. Llega un punto en el que aunque no salga en la escena no dejas de estar pendiente de ella y te perturba la lectura por si tiene alguna ocurrencia.
La enfermera -no quiero decir su nombre- es otro lujazo. Sufría las mismas arritmias que sufría ella, me tenía ya desquiciada y a la vez me entristecía por su visión de ser un pájaro de mal agüero. Me he preocupado por ella como si fuera mi hija. Y por último tenemos al señor Clairmont, un alma en pena por todo lo que ha sufrido que en ocasiones me molestaba mucho por no pasar más tiempo con Sophie.
Pero claro, no todo es lo que parece, y es que Victoria juega con el lector de una manera maquiavélica donde no te ves venir las cosas, logrando que se te abra la boca cuando llegas al final. Por supuesto, en todo esto juega un papel importante la ambientación puesto que todo transcurre en la II Guerra Mundial, época macabra por excelencia.
Realmente me podría tirar hablando del libro horas. Ha sido una lectura ágil, amena y trepidante. No soy de asustarme con el terror pero este me ha dado MUCHO mal rollo así que os lo recomiendo encarecidamente.
De la narración de Victoria no hablo porque es LA REINA y es una delicia siempre. Cuida muchísimo sus textos, da igual el que sea, siempre es un gustazo.