Eslovenia solo tiene 47 kilómetros de costa pero sus contadas poblaciones pueden presumir de edificios medievales con carácter veneciano, de playas de aguas cristalinas y zonas habilitadas para el baño cuidadas hasta el más pequeño detalle.
Dispone de todo tipo de servicios pero los pocos campings que hay por la zona son extremadamente caros (muy extremadamente) y no ofrecen lo que por precio podríamos presuponer. Por ese motivo y por su cercanía a Croacia, es una buena opción acampar en el país vecino donde no falta la oferta y los precios son considerablemente más económicos.
Sábado 5 de agostoTras dos jornadas de viaje que se nos hicieron eternas, llegamos al Autokamp Tramontana a última hora de la tarde, cuando ya había cerrado la recepción. Por suerte, el amable y simpático dueño nos permitió acampar, con el camping lleno, en una pequeña parcela provisional hasta la mañana siguiente cuando se desalojase alguna otra.
El camping, ubicado en Savudrija ( Croacia), es muy sencillo, sin grandes pretensiones, no como los camping vecinos del norte de la península de Istria, auténticas ciudades de vacaciones con playas privadas, música cada noche y un turismo masificado.
Desde el autokamp hay un acceso directo a una pequeña cala con escaleras para facilitar el baño, los servicios son escasos pero limpios y el ambiente que se respira es de tranquilidad. Ideal para pasar las cuatro noches que estaremos por la zona sur de Eslovenia.
Lo mejor, la ducha que pudimos darnos después de las dos duras jornadas de viaje.
Domingo 6 de agostoTal y como nos dijo Edi, a primera hora de la mañana hicimos el traslado a otra parcela que había quedado libre. No era demasiado sombreada pero las temperaturas durante esos días no eran excesivamente altas temperaturas y eso nos permitiría dejar a Scott en la caravana mientras nosotros visitábamos la zona. Por su avanzada edad y por sus últimos dolores de espalda sufridos la semana de antes de salir de viaje, sabemos que él nos lo agradecerá eternamente.
La previsión meteorológica pronosticaba nubes y, posiblemente, lluvias con tormentas. Motivo por el cual decidimos visitar las cuevas de Skocjan, Patrimonio de la Humanidad, pero en temporada alta hay que ser más previsor para no quedarte sin entradas, tal y como nos sucedió ante la gran contidad de visitas que recibe. Hasta el martes, dos días después, no había entradas disponibles, por ello tuvimos que posponer la visita y buscar un plan B para lo que prometía ser, un día nublado y sin sol.
Koper, es la mayor ciudad costera del país, y aunque a primera vista parece una ciudad portuaria y de polígonos industriales, guarda en su interior un casco antiguo medieval con edificios que son joyas arquitectónicas y que rodean la bonita Titov Trg, una plaza de clara influencia veneciana donde destaca el palacio Pretoriano y la catedral.
Como en toda la costa, en Koper se puede degustar pescado fresco frito, a la plancha o preparado con alguna receta tradicional. En Fritolin sirven raciones a un precio más que económico de calamares, doradas y deliciosas sardinas en šavor, condimentadas con aceite de oliva, vino blanco malvacija y vinagre. Un buen sitio para saciar el apetito sin gastar mucho dinero ni tiempo.
De camino al camping, nos desviamos para hacer una parada en el pequeño pueblo de Korte donde no llegan las masificaciones y ofrece vistas de las colinas de Istria y mucha tranquilidad.
A pesar del pronóstico del tiempo, el día aguantó sin lluvias, incluso, pudimos darnos un baño en las aguas del Adriático en la pequeña cala del camping. Justo a tiempo para que cayese una tormenta y dejase un bonito cielo de nubes anaranjadas al atardecer enmarcadas en un arcoiris que hacía presagiar el final de las borrascas y lluvias torrenciales que habían asolado algunas zonas de Eslovenia los últimos días dejando un rastro de destrucción especialmente en las riberas de algunos ríos.
Lunes 8 de agosto
En el Parque Natural de las Salinas de Sečovlje aún conservan la tradicional elaboración de la sal. Esta zona repleta de diques y canales forman, además de una fuente de economía, una enorme riqueza ornitológica con un registro de unas 290 especies.
El acceso al parque se puede hacer por dos entradas diferentes no conectadas entre si previo pago de 7€ (adulto) o 16€ (familias).
A medio camino entre Piran e Izola se encuentra una de las playas más bonitas de Eslovenia, la bahía de la Luna. Ubicada dentro del Parque Natural de Strujan, se accede a ella desde el sendero que sale desde el Hotel Depansansa Vila Park. El camino transcurre por el borde del acantilado y desciende hasta una preciosa bahía de guijarros y aguas cristalinas.
Izola es un puerto pesquero con un cierto aire veneciano que suele pasar más desapercibido que su vecina Piran. No obstante, la oferta gastronómica es variada y con mejores precios.
Con vistas al puerto de Izola y con una buena relación calidad-precio, Gostilna Sidro ofrece pescado fresco sin florituras, no le hace falta, y una pasta al frutti di mare exquisita.
El punto fuerte de la costa eslovena es Piran, una de las ciudades más bonitas de la costa adriática. Se asienta de la punta de una angosta península y posee uno de los cascos antiguos mejor conservados del Mediterráneo, una joya de la arquitectura veneciana.
Sus calles empedradas van a parar a la ovalada Tartinijev Trg, una plaza de mármol rodeada de bellos edificios.
La catedral de San Jorge vigila desde lo alto toda la ciudad y, al lado, el campanario de 46,5 metros de altura ofrece la oportunidad de disfrutar de una maravillosas vistas.
La región del Kras es una meseta caliza que se extiende desde el golfo de Trieste al valle de Vipava. Los ríos, lagos y estanques desaparecen a través de la piedra caliza para volver a aparecer de nuevo, creando cuevas subterráneas espectaculares.
Las cuevas de Škocjan, Patrimonio Mundial de la Unesco, no tienen nada que envidiar a las de Postojna, mucho más visitadas. Sus casi seis kilómetros de cámaras subterráneas y gargantas esculpidas por el río Reka hacen de esta visita una obligación. En temporada alta, hay que ser previsor y sacar las entradas con días de antelación ya que es una de las principales atracciones turísticas de la zona y recibe a muchísimos visitantes. Os dejo la web desde donde es posible comprarlas on-line: https://www.park-skocjanske-jame.si/
El primer tramo es un circuito guiado durante dos kilómetros y pasa por impresionantes cuevas llenas de estalactitas y estalagmitas hasta llegar a la impresionante cueva de los Susurros con paredes de 100 metros de alto y el ruido ensordecedor del río Reka cruzando la cavidad.
El segundo tramo ofrece tres circuitos diferentes no guiados. El más bonito y largo pasa por los colapsos de dos cavidades que se derrumbaron hace millones de años dejando un puente natural entre ellas y un curso del río Reka con entradas y salidas al exterior.
La visita a las cuevas puede llevar unas tres horas, dependiendo del circuito sin guía que se decida hacer. Al lado del parking hay unas mesas de picnic muy solicitadas si el día acompaña.
Como curiosidad, decir que se prevé el colapso de alguna de las cavidades en los próximos doscientos años. No suena muy halagüeño si te lo dicen cuando estás dentro...
Por la tarde, aprovechando las pocas horas de sol que ya quedaban, nos dimos un baño en la cala del camping. Un poco de relax para acabar el día y decir adiós al adriático durante unos días.