A veces escribimos una entrada y no sabemos si está más cerca del humor o de la realidad que nadie quiere ver. Y hoy es precisamente un día de esos. ¿Cual es el origen de todo? Prevenir al máximo las infecciones hospitalarias por transmisión entre personas a través de las manos. La primera solución, apoyada por la evidencia y por cientos de campañas de marketing, es el lavado de manos, pero no siempre es perfecto (no se hace bien, no elimina todos los patógenos, etc).Y justo en este punto, empieza la propuesta que se realiza en un reciente artículo publicado en el Journal of Hospital Infection que firma el cirujano Tom McClellan ("Reducing pathogen transmission in a hospital setting. Handshake verses fist bump: a pilot study"). En dicho estudio se plantea mejorar la higiene y la transmisión cambiando el tradicional saludo basado en darse la mano por un golpe o leve choque de puño con puño.The Atlantic publicó hace unos días "The fist bump manifesto" para reivindicar la importancia de este gesto y la necesidad de promover un cambio cultural que elimine de nuestro día a día el choque de manos y lo cambie por el choque de puños. Además algunos medios se han hecho eco del artículo, comentando sus conclusiones. Llama la atención que en 2009 ya se publicara un breve artículo al respecto en la web canadiense de la CBC.La imagen que incluye el propio artículo es muy descriptiva y resume perfectamente sus conclusiones:
Bacterial cultures of a hand (top) and fist (bottom) after 20 handshakes and 20 fist bumps, respectively (Journal of Hospital Infections)
Curiosamente, la propuesta nos recuerda a aquella campaña del Colegio de Médicos de Madrid en plena época de la pandemia de gripe de 2009 con el lema "No beses, no des la mano, di hola". Volviendo al inicio de esta entrada, nuestra duda se basa en si la propuesta es realmente interesante o si se trata de una idea loca dirigida a ganar el Premio IG Nobel. Aunque pensándolo bien, si realmente hay una mejora en la higiene, ¿hay límites para mejorar? ¿es la costumbre una barrera infranqueable?Entonces, ¿será cuestión de enseñar el puño cuando encontremos a un compañero en la planta o en el centro de salud? Una imagen algo extraña y más si empezamos a imaginar a nuestros compañeros chocando los puños, incluso a los más clásicos y tradicionales.