Parafraseando el Génesis, en el primer capítulo, Dios crea el mundo en seis días. En los capítulos 6 al 9 Dios castiga al hombre, aquel al que había creado en el sexto día, y le envía el Diluvio Universal. Sólo salva a Noé y su familia. Pues bien, aquí, del trío de arcángeles, salvaríamos del diluvio sin pensárnoslo dos veces a Gabriel, interpretado por la soprano brasileña que posee, curiosamente, el nombre femenino del arcángel, Gabriella Pace, y que también daba vida a Eva, la cantante más convincente y de mejor solvencia vocal del reparto. Su timbre, de tinte lírico, es grato al oído, y si a eso se suman gusto canoro, homogeneidad vocal, capacidad para realizar filados y medias voces, y facilidad en el registro más elevado, se tiene casi todo en Haydn, pese a poseer una discreta proyección. Se hubiera deseado un punto más de expresión, no tanta levedad, y quizá un mayor grado de ligereza en vocalizaciones u ornamentaciones, pero en términos generales la soprano consigue defender correcta y dignamente su parte.
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