La crianza de un empresario empedernido: Richard Branson

Publicado el 11 agosto 2011 por Juan Carlos Valda @grandespymes

Los padres de Richard Branson, el fundador de Virgin Group, reflexionan sobre la niñez poco tradicional del millonario

Por Joshua Levine

Cuando se entra a la casona de los Branson en la costa sur inglesa, se encuentra con cuatro padres de Richard Branson, el extravagante fundador de Virgin Group, un conglomerado británico que controla más de 300 empresas en sectores que van desde la telefonía móvil hasta la aviación comercial.

Primero está Eve y Ted Branson; ella, coqueta a los 86 años y él con una presencia solemne a los 93. Era el cumpleaños de Ted y la pareja estaba esperando impaciente a sus tres hijos y 11 nietos.

Luego están los otros dos pintados en retratos en la pared, justo cómo lucían inmediatamente después de casarse en 1949. El se ve resuelto y elegante en un uniforme de oficial de caballería. Ella es una radiante rosa inglesa.

Richard, su esposa, Joan, sus dos hijos y sus padres estaban planeando volar al espacio cuando Richard lance Virgin Galactic, su emprendimiento comercial para realizar vuelos al espacio. “Sospecho que es lo más cerca que llegaré al cielo”, me dijo Ted. Rezamos para que se haya equivocado. Poco antes de la publicación de este artículo, Ted Branson falleció mientras dormía.

En una entrevista, los padres recordaron la niñez poco tradicional que tuvo Richard y las bases que lo inspiraron a convertirse en un empresario millonario.WSJ: Todo el mundo dice que Richard heredó las agallas de usted. ¿Hizo algo en particular para fomentar eso?

Eve: No quería que fuera un niño remilgado. Era tímido, por lo que lo hacía actuar. Le decía: “cuando eres tímido, estás pensando simplemente en ti. Piensa en la otra persona, hazla sentir cómoda, llévale una bebida”. Me solía enojar mucho cuando era tímido.

WSJ: Hay un cuento que dice que lo dejó solo en una colina cercana cuando tenía 5 años y lo obligó a encontrar el camino de regreso a casa. ¡Eso es simplemente terrible!

Eve: No lo es. Es lo que lo transformó en lo que es hoy. Se perdió. Golpeó en la puerta de la casa de un granjero que me llamó y me dijo: “¿Tiene usted un hijo de ojos azules que se perdió?”. Yo dije “por Dios, sí”. Admito que en ese momento me preocupé.

WSJ: ¿Qué heredó del padre?

Eve: Pienso que encontraba a su padre tranquilo y reconfortante y él necesitaba eso.

Ted: Se necesita mostrarles amor, de forma que cuando salen en la mañana puedan golpearse el pecho y decir: “Soy un hombre”.

Eve: Ciertamente necesitan mucho amor para que sepan que uno está detrás de ellos sin importar lo que decidan hacer.

WSJ: ¿Era travieso en la escuela?

Eve: Digamos que era inusual en la escuela. No sabíamos si era 99% estúpido o 1% excepcional. Nos aferramos a ese 1%. No todo el mundo quisiera un hijo así, pero estoy muy contenta ahora.

WSJ: ¿Hubo algún indicio de que estaba criando a un gran emprendedor?

Eve: Cuando tenía 15 empezó con los periquitos australianos. Los iba a vender, pero seguían multiplicándose y al final tuvimos que encargarnos de todos esos pajaritos cuando se fue al internado. Un día dije: “No aguanto más, voy a abrir todas las jaulas y los voy a liberar”. Y lo hice. No le importó particularmente. Después, le surgió la idea de sembrar árboles de Navidad y hacer con ellos una fortuna cuando crecieran. Lo ayudamos a plantarlos por toda la propiedad, pero los conejos se los comieron. Para entonces, ya estaba haciendo una revista y eso fue más exitoso.

Ted: Pensábamos que era una revista escolar, pero era una revista nacional llamada Student.

Eve: Richard nos dijo: “Quiero dejar la escuela para comenzar una revista, si paso el examen estatal de secundaria ¿me prometen que puedo dejar la escuela?”. Le dijimos que sí.

Ted: Yo no lo hubiese dejado, pero él estaba determinado. Sentía que no había tenido suficiente educación, pero también sabía que eso era algo que él tenía que descubrir por sí mismo.

WSJ: Tuvo un momento difícil en su siguiente emprendimiento cuando fue atrapado vendiendo discos con descuento que se suponía estaban destinados a la exportación. Tengo entendido que tuvo que hipotecar su casa para pagarles a las autoridades tributarias lo que debía más una multa alta.

Eve: Eso fue horroroso para los dos.

Ted: Fue muy angustiante. Richard estaba tan lleno de remordimientos que todo lo que pudimos hacer fue apoyarlo.

WSJ: ¿Cuándo comenzaron a respirar más fácil?

Ted: Cuando British Airways estaba intentando destruir a Virgin Airways y hubo una demanda, y para ganarla tuvo que vender su compañía de discos. La vendió por 600 millones de libras (US$1.000 millones, al cambio actual) y entonces me di cuenta de que estaba mostrando ser bastante prometedor.

WSJ: ¿Qué es lo que los hace sentirse más orgullosos de él?

Ted: Estuve en la plaza Leicester (en Londres) donde se estaban presentando dos de sus programas de TV y todo el mundo lo llamaba: “¡Richard!”. Nadie lo llama Richard Branson o sir Richard. Eso me hizo sentir orgulloso.

Fuente: http://online.wsj.com/article/SB130470335274713907.html