En la segunda quincena de octubre de 1.929 estalló la crisis bursátil, una caída espectacular de las acciones, el descalabro de la bolsa de Nueva York. El primer aviso tuvo lugar el día 18, la bolsa bajó 12 puntos (siete según otros), al día siguiente cayó otros 12 puntos. La confianza estaba comenzando a quebrarse. El día 21 se acumularon las ordenes de venta. Esta tendencia a la baja fue detenida por la Banca Morgan que ordenó la compra de acciones ligrando detener momentáneamente la caída ("retén organizado"). Ante el alud que se avecinaba el "retén" fue consciente de la imposibilidad de detener la caída y dejó de actuar sumándose a los vendedores. El día 23 el índice cayó otros 23 puntos. El día 24, conocido como el "jueves negro", casi trece millones de títulos acudieron al mercado donde no encontraban comprador. Las cotizaciones bajaron entre 12 y 25 puntos. El precio de las acciones entró en caída libre. Para algunos fue el primer día del pánico. LA BOLSA EL 24 DE OCTUBRE DE 1929 "Aquella mañana (jueves, 24 de octubre de 1929) se produjo una desaforada e inexplicable carrera para vender. El alud cayó sobre la bolsa con fuerza torren-cial. El mecanismo no podía adaptarse al pánico. La alarma sonaba muy lejos de la Bolsa. En todo el país, la gente no sabía lo que pasaba, sólo que estaba arruinada o que pronto lo estaría. Por consiguiente, se apresuraban a vender. Dentro de la Bolsa el ruido era ensordecedor. Fuera, en Wall Street, bullía la muchedumbre. Tal vez se derrumbaba el capitalismo, y sería interesante verlo". GALBRAITH, J. K.: "La era de la incertidumbre". Plaza y Janés. Barcelona, 1991.
“Nada hacía presumir en aquella apacible mañana otoñal del jueves 24 de octubre, que pasaría a la historia como una de las fechas negras del siglo, el jueves negro de Wall Street. La sesión bursátil se inició de forma sostenida, pero en seguida afluyeron gran-des cantidades de papel y se hundieron los precios. Los angustiados especuladores arrojaron sus títulos sobre las mesas de contratación. El ticker (teletipo) se retrasó. Los agentes de bolsa exigieron garantías para los títulos a crédito y ante la imposibilidad de obtenerlos, volcaron nuevas remesas de papel sobre la bolsa, ocasionando nuevas bajadas. Y así ola tras ola, levantando una tempestad más fuerte e incontrolable. En la calle, se originaron tumultos entre especuladores y curiosos que se arremolinaban en Wall Street. La policía tomó medidas. Entre los corrillos circuló el rumor de que once especuladores arruinados se habían suicidado. A las 12'30, para controlar el follón, se ordenó desalojar las dependencias de la bolsa reservadas al público. Uno de los que salió a la calle fue Winston Churchill, que pocos meses antes había abandonado el Ministerio de Hacienda británico.
Increíble miopía del Pte. Hoover
Churchill se admira del “orden y la calma sorprendentes” que, dada la gravísima situación, mantenían los especuladores que estaban allí (...) ofreciéndose unos a otros paquetes enormes de acciones a un tercio de sus antiguos precios y a la mitad e su valor actual y sin encontrar durante muchos minutos a nadie lo bastante fuerte como para recoger las fortunas que se veían obligados a ofrecer”. Churchill, que llevaba tres meses en América dando conferencias y visitando amigos, había obtenido unas ganancias de na 5.000 libras jugando a la bolsa. Debió perderlo todo en el crack, pero jamás lo hizo público.” David Solar. El crack. Historia Universal del siglo XX. Historia 16 El día 28 se pusieron a la venta 9.250.000 de acciones, el índice de las acciones industriales cayó 49 puntos. El 29, "martes negro", fue el día del crac. Se pusieron a la venta 33 millones de acciones al precio que quisieran ofertar por ellos (sólo se vendieron 16 millones). Este día se pensó en cerrar la bolsa, pero la leve recuperación del final animó a abrirla un día más. El índice cayó 43 puntos.El día 30 el índice subió 31 puntos y al día siguiente otros 21, fue un espejismo. Los tres primeros días de noviembre se cerró la bolsa, cuando se volvió a abrir siguió bajando (con algunas pequeñas recuperaciones: el 4 bajó, el 7 subió algo, el 8 volvió a bajar y los días 11, 12 y 13 bajó otros 50 puntos. El precio de las acciones continuó descendiendo hasta 1.932. El índice Dow Jones bajo de 115,43 en 1929 a 26,82 en 1932 (Néré). Dos ejemplos concretos, la Chrysler vio bajar sus títulos de 135 a 5 Dólares y el United States Steel de 250 a 22. Fue la ruina de especuladores, intermediarios financieros, bancos...