Uno de los estudios clásicos de Hollywood, Metro Goldwyn Mayer, atraviesa desde hace años una fuerte crisis. Sus sucesivas alianzas con otros estudios no han dado el resultado esperado debido, fundamentalmente, a la mala gestión de sus dirigentes ya que la major ha tenido películas que, en los últimos años, han amasado grandes taquillas. Pero las decisiones que se han tomado destinando buena parte de los fondos a otras producciones que no han fructificado, han llevado a la legendaria distribuidora a la quiebra.
Hace tiempo que hay conversaciones para su venta. El conglomerado Time Warner presentó una oferta de un billón y medio de dólares para hacerse con el control financiero de MGM. Pero las negociaciones se acabaron estancando y fue entonces cuando los hermanos Scott lanzaron su propuesta para adquirir el estudio. Time Warner se muestra ahora dispuesto a incrementar aún más su oferta de compra pero la situación de indefinición se está alargando y todo ello provoca que varios films, que debían desarrollarse bajo el sello de la MGM, suspendan su actividad a la espera de noticias.
Es el caso del nuevo film de la saga Bond. Michael G. Wilson y Barbara Broccoli, máximos responsables de la franquicia a través de EON Productions, han declarado lo siguiente:
"Due to the continuing uncertainty surrounding the future of MGM and the failure to close a sale of the studio, we have suspended development on Bond 23 indefinitely. We do not know when development will resume and do not have a date for the release of Bond 23".
Esperemos que pronto se concrete alguna noticia sobre el futuro de esta distribuidora histórica que permita que proyectos importantes puedan reiniciar su actividad.
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