El suicidio provoca en España más muertes que los accidentes de tráfico, los laborales y los homicidios o asesinatos juntos. Este es el dato demoledor que el profesor de la Universidad del País Vasco Enrique Echeburúa, ha presentado en el marco del décimo congreso internacional de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), que se celebró en Valencia, dentro de la conferencia titulada “Detección e intervención temprana en pacientes con riesgo alto de suicidio”. Otro informe, publicado en el Congreso Nacional de Laboratorio Clínico, desarrollado en Barcelona el pasado mes de febrero, revelaba que una media de 243 personas intenta suicidarse cada día en España, la mayoría ingiriendo fármacos. El hecho está considerado por la prensa como un tema tabú. El número de suicidios supera la cifra terrible de más de 200 al día, casi todos como consecuencia de la crisis y del mal gobierno. “Son muertes –comenta Franky, en Voto en blanco– que, de algún modo, deberían situarse en el debe de la casta gobernante, que es la responsable del desempleo masivo, el avance de la pobreza, la desprotección de los débiles, la falta de esperanza, los recortes en los servicios fundamentales, los impuestos abusivos y otras lacras que causan dolor y estragos en la sociedad española”.
Esta clase de noticias es a menudo ignorada por algunos partidos que pretenden eclipsarla porque dicen que sólo trae consecuencias nefastas, sustituyéndola por el anuncio de logros positivos. Pero el hecho es que los suicidios siguen aumentando en este país. Según Bernandino Barceló, jefe de la Unidad de Toxicología del Hospital Universitario de Son Espases, Palma de Mallorca, la crisis, directa o indirectamente, se ha convertido en el principal factor que impulsa al suicidio.Y su aumento es un rumor que circula por las redessocialesy que la blogosfera crítica, sin ser confirmado por voces autorizadas. Las informaciones del Congreso médico de Barcelona lo confirmaron con toda su carga de drama y vergüenza.Los desahucios, el desempleo, la pobreza, la incapacidad para alimentar a la propia familia, la falta de dinero para disponer de electricidad, agua y otras necesidades básicas y la desesperación ante el futuro son las causas principales que empujan cada año al suicidio a decenas de miles de españoles.