Este año el panorama cambió: pocos centenares de africanos y asiáticos deshidratados llegaron a las costas de España e Italia a mediados de agosto, que es habitualmente el momento pico de la inmigración ilegal.
Un puñado igual logró llegar. El 8 de agosto, se descubrió que 40 apesadumbrados migrantes del norte de África incrementaron la población del isolte italiano de Linosa en casi 10%. Caritas, una organización de caridad católica, sostuvo que la migración por el mar en el Mediterráneo estaba creciendo. Pero, las cifras de Frontex, la agencia de fronteras de la Unión Europea, muetras que apenas 150 personas desembarcaron en Italia y Malta, en el primer trimestre del corriente año, en comparación con 5.200 en el mismo período de 2009. La inmigración ilegal a las Islas Canarias, que era de deceneas de miles de africanos hace pocos años, casi se detuvo. En el primer trimestre de 2010, apenas cinco personas desembarcaron allí. ¿Dónde están los migrantes?
Parte de la respuesta es que los gobiernos del sur de la Unión Europea han aplicado la diplomacia y el dinero para resolver el problema. En España, las sucesivas administraciones hicieron acuerdos con los países del noroeste de África que han dejado disponibles a los migrantes los puertos más al sur, lo que hace más peligrosa y costosa la travesía hacia las Islas Canarias. El gobierno del primer ministro Silvio Berlusconi logró un entendimiento con Libia, que permite a las patrullas italianas devolver a los migrantes interceptados, antes de que tengan la oportunidad de solicitar asilo.
El flujo a Europa no está determinado sólo por la eficacia de las medidas tomadas para limitarlo. También está influenciado por el número de personas dispuesta a arriesgar su vida y ahorros en un intento de vulnerar las fronteras de la UE.
El flujo de buscadores de asilo depende, en parte, de la inestabilidad en las zonas más problemáticas del mundo.
DIFICULTADES. El otro factor es la caída económica de la UE, cuyos efectos pueden verse de manera más llamativa al otro lado del Mediterráneo. Los migrantes llegaban a España buscando oportunidades económicas, por lo que podía esperarse que su número declinara, a medida que desaparecían los empleos para extranjeros ilegales. La dura crisis económica de España puede estar revirtiendo la dirección de la migración. El número de residentes extranjeros cayó 2% en el segundo trimestre de este año. La disminución mayor fue entre los latinoamericanos, cuyo número se redujo en 100 mil.
Pero, que pasará cuando la economía europea vuelva a tener auge. Los gobiernos parecen saltar de la complacencia a la hostilidad, dependiendo de la situación económica y las encuestas de opinión pública. Los miembros de la UE nunca se pusieron de acuerdo en medidas para ayudar a los países pequeños como Malta, que actúan como puntos de ingreso. Pero, Europa necesita inmigrantes para contrarrestar el impacto que tiene su baja tasa de natalidad en el crecimiento económico. Este verano, Cataluña ofreció 7.800 empleos, a personas desocupadas, para la cosecha de fruta. Menos de 1.700 aceptaron, muchos de los cuales no eran de origen español.
Benedicto: la cultura de acoger
Benedicto XVI dijo que recibir a personas de todas las naciones y culturas, proviene del mensaje cristiano. Dirigiéndose en francés a los peregrinos y estudiantes llegados de una parroquia de París, el Papa indicó que los textos litúrgidos, siguiendo a Jesucritsto, invitan a acoger a las legítimas diversidades humanas. Sus palabras surgieron tras la decisión del gobierno de Francia de expulsar a 200 inmigrantes gitanos a Rumania y Bulgaria.
Nota: Publicado por: The Economist