Que buenos somos para criticar, como si realmente fuésemos seres perfectos, que buenos somos para juzgar a los demás, como si estuviéramos libre de pecado, que decir, lo mejor seria vivir nuestras vidas y dejar vivir a los demás las suyas propias, aunque si somos realistas la critica es una cadena, pues también recibimos criticas y a la vez las mismas que recibimos nos impulsan también para criticar a los demás, como para hacernos ver que también son imperfectos, así como de nosotros también se habla así también habrán palabras para muchas personas, la critica es como un medio de disociación de la realidad, muchas son ciertas y muchas ficticias, quien critica tiene la razón en su propio juicio, quien es criticado, tiene la razón para haberlo hecho, al final cada cabeza es un mundo y todos tenemos la razón a nuestra manera, seamos simples, seamos complejos, no somos iguales, por eso existe tanta rivalidad entre la gente.
La envidia nos corroe y buscamos los defectos a los demás, pues la envidia siempre esta ahí lista para criticar a quien sea necesario, en el momento necesario, pero el problema no es la critica, el problema es que se usa para destruir, y creo que debería de usarse para edificar, con una manera sabia y concisa, puede hacer la diferencia en la evolución de una persona, con una critica constructiva podemos cambiar vidas para bien, con una critica destructiva, solo creamos rencillas entre las personas que nos rodean, pero así somos, críticos de nacimiento, por lo tanto injustos de nacimiento, porque al final nadie es perfecto, tenemos muchos errores y que bueno fuera que alguien nos diera la mano, pero no es así, hoy en día pocos te dan la mano, pero la mayoría se te acerca solo para empujarte mas al abismo.
La critica en si no es mala, nosotros somos los malos que no sabemos criticar productivamente.