La crítica a Podemos y el derribo del sistema

Publicado el 20 noviembre 2014 por Franky
¿Que debe hacer un verdadero demócrata ante el fenómeno "Podemos"? ¿Lo criticamos por las amenazas que representa o lo apoyamos para que gane las elecciones y acabe con este sistema corrupto e injusto que destruye a España? Hoy por hoy, Podemos, que ha sabido ganarse el apoyo de millones de españoles decepcionados, angustiados e indignados por el mal gobierno, la corrupción y el abuso, es la única opción real de acabar con el sistema que está llevando a España hasta el abismo. Acabo de participar en un intenso debate sobre que actitud debemos tener los demócratas españoles frente a Podemos. Las conclusiones son tan interesantes que tengo que compartirlas con los lectores de este blog Voto en Blanco. --- Desde hace años, miles de demócratas españoles y ciudadanos preocupados por la corrupción, el abuso de poder, el latrocinio y otras lacras del actual sistema y de los partidos que gobiernan España luchamos para destruirlo porque lo consideramos un auténtico mal para España y los españoles. Es un sistema que no merece respeto ni compasión porque ha demostrado con creces su maldad intrínseca, su capacidad de saquear y robar, su desprecio por las leyes, su corrupción, su adicción a la mentira y su capacidad diabólica de fabricar desempleados, pobres y gente triste, desesperada, desquiciada e infeliz. Pues bien, ese "régimen" tan dañino, que cada día nos sorprende y asquea con un nuevo escándalo de corrupción o un insoportable abuso de poder, que protege a sus delincuentes y que los afora en lugar de castigarlos, puede ser tumbado en las urnas por un nuevo partido llamado "Podemos", que hoy constituye el único instrumento tangible con capacidad real para liquidar este sistema indigno y expulsar del poder a esos partidos políticos que se han cargado de ignominia y oprobio, gobernando con injusticia y maldad en los últimos años.

En realidad, "Podemos" esta haciendo posible el "sueño" de millones de españoles de todas las ideologías y sensibilidades, unidos por el deseo común de acabar con la injusticia y el abuso reinantes, para poder construir sobre sus cenizas un mundo mejor.

Todos los participantes en el debate coincidieron en que el PSOE, el PP, IU, los nacionalistas vascos, catalanes y gallegos y todos los partidos que hayan participado en el gobierno de España en las últimas décadas no merecen ni un solo voto de la España decente y democrática.

En la discusión surgieron muchos miedos y cautelas frente a "Podemos": que si sus líderes son admiradores del comunismo y del socialismo bolivariano, que si han dicho estupideces imposibles como no pagar la deuda, nacionalizar grandes bancos y empresas, confiscar viviendas, limitar los grandes salarios, abandonar la OTAN y otorgar a cada español un salario de subsistencia con dinero que no existe. También se analizó el excesivo intervencionismo de "Podemos" y su tendencia a incrementar todavía mas el poder del Estado frente al individuo, un rasgo brutal que compartieron en el pasado todos los tiranos asesinos del siglo XX, desde Mao a Stalin, Hítler, Musolini, Pol Pot, Idi Amín y otros muchos, grandes criminales que desde el poder asesinaron a mas de cien millones de personas.

Fue un debate profundo y de gran dureza que tuvo que dirimirse recurriendo a las prioridades y a la emergencia. La conclusión final fue que si la prioridad es acabar con el expolio y el abuso del actuar sistema, tan injusto y sucio como poderoso, por sus inmensos recursos y por el control que ejerce sobre periodistas, jueces y legiones de paniaguados sometidos dispuestos a defenderlo porque gracias a ese sistema ordeñan a España en beneficio propio, entonces hay que dejar de atacar a Podemos desde fuera, por el momento, para no debilitarlo y permitirle concluir con éxito su tarea prioritaria de romper la maldad de una casta que envuelve a España en su sucia y densa tela de araña.

Los demócratas radicales, entre los que me encuentro, defendíamos que el papel del ciudadano en una democracia siempre debe ser vigilar y acosar al poder para que no caiga en vicios y dramas como el totalitarismo, la corrupción y otros muchos y nos preguntábamos por qué no criticar a Podemos si vemos en ese partido amenazas preocupantes. Nuestro argumento concluía afirmando que, sin nuestra crítica, Podemos puede convertirse en algo igual o peor que el PSOE y el PP porque el poder corrompe de manera brutal.

Pero al final se impuso la tesis de que esas críticas a Podemos, necesarias y democráticas, en el momento actual, deben producirse dentro del mismo Podemos, para evitar que se debilite y no pueda cumplir con lo que realmente es vital: acabar con el sistema podrido y malvado.

Todos, incluso los miembros de Podemos presentes, admitieron la necesidad de la crítica y la vigilancia continua para mantener el nuevo partido en los territorios del respeto a los valores, a la libertad y a la decencia, tarea que ya cumplen muchos desde dentro de la misma organización, pero se resaltó la inconveniencia de acosarlo ahora desde fuera porque entonces esas críticas benefician a los corruptos atrincherados en el poder, debilitarían el apoyo popular masivo al nuevo partido y quizás hagan imposible lo que constituye la gran prioridad de la España actual, que es desmontar este sistema que ya es irrecuperable y que, presa del vicio y de la corrupción mas terrible, abusa, roba y lucha por mantener vigente el saqueo impune de la nación.

Fue un debate fascinante en el que quedaron claras algunas cosas, entre ellas que los medios sometidos al poder están esparciendo profunda confusión y mentiras sobre "Podemos", como propagar ideas que Podemos ni siquiera defiende. No es cierto, por ejemplo, que Podemos quiera dejar de pagar la deuda española, ni que vaya a otorgar un salario a cada español, ni que piense expropiar las viviendas de los ciudadanos o que pretendan dinamitar la democracia. La verdad, no tergiversada, es que quieren practicar una "auditoria" a la deuda para aclarar que parte corresponde al Estado y cual a la banca, por ejemplo, que solo se abonarán salarios de subsistencia a los que realmente lo necesiten, para evitar que vivan humillados y sin dignidad, que solo se expropiarían, abonando un justiprecio, las viviendas que de aquellas organizaciones que mantienen miles de viviendas cerradas y que las han obtenido por métodos injustos o ventajistas, como los desahucios, o que la democracia vaya a saltar por los aires, cuando lo que se pretende es reforzarla con medidas como el castigo de los ladrones y saqueadores, la dimisión de los que traicionen el servicio público, la obligación de ser ejemplares desde el poder y otras muchas medidas que debieron adoptarse hace mucho tiempo y que habrían evitado que España se convierta en lo que es hoy: un basurero sin prestigio ni futuro.