La Croisette de Cannes: Donde vive el lujo

Por Vagabond
La Croisette es una de las calles más famosas del mundo que aún hoy continúan ejerciendo un influjo irresistible sobre quienes pasen por la espléndida ciudad de la Costa Azul: Cannes. Y es que visitar Cannes sin recorrer La Croisette es como ir a París sin ver la Torre Eiffel o recorrer Pisa sin llegar a la Torre Inclinada.
En la actualidad esta calle es un continuo ir y venir de estrellas de fama internacional, ricos que atracan sus yates en los pequeños puertos privados y, por supuesto, miles de turistas con cámara en mano que desean guardar para siempre el encanto de este sitio.
Aunque Cannes es un profuso entramado de callejuelas que se entrelazan, basta buscar el mar y los edificios puntosos para encontrarnos en La Croisette, una larguísima avenida que se abre al mar y que por otro lado está custodiada por palmeras y hoteles cinco estrellas. Es curioso porque del lado del mar se viven aires de playa pero apenas desvías la visa podrás encontrar limosinas y personas impecablemente vestidas.

En las tardes este paseo se viste de aires familiares. Entonces será normal ver las familias que pasean con los pequeños o los dejan jugando en el carrusel, los jóvenes que se toman un helado y los ancianos que se sientan a mirar cómo se pone el sol sobre el mar.

Hasta aquí podrán pasear en short y chanclas pero si deciden cruzar la calle es mejor adoptar otras maneras a no ser que deseen resaltar del contexto. Entonces se abre un mundo de joyerías lujosas, boutiques exclusivas, hoteles de la Belle Epoque como el Carlton, la majestuosidad Art Decó del Majestic o las finas líneas modernistas del Palais Stephenie.

Justo en uno de los extremos de este paseo hallarán uno de los centros donde se realiza el famoso Festival de Cannes por lo que durante estos días la ciudad es prácticamente intransitable ya que se reúnen los fanáticos del cine con la esperanza de obtener un autógrafo o unas buenas fotos de sus estrellas favoritas.
Obviamente, si desean tomar un helado, un café o cenar con vistas a La Croisette, deben estar preparados para los precios, que incluso pueden duplicar los del resto de la ciudad.