La cruz ardiente de Diana Gabaldon

Publicado el 17 enero 2014 por Sassech @sassech

Título: La cruz ardienteAutor: Diana GabaldonColección: Forastera /5Editorial: Salamandra,2003Páginas: 853Idioma: Español
En este largamente esperando quinto volumen, Diana Gabaldon narra una historia que puede considerarse la más emocionante de la extraordinaria saga de Claire Randall, compuesta por Forastera, Atrapada en el tiempo, Viajera y Tambores de otoñoDividida entre salvar a su marido de los peligros que se avecinan, o por el contrario contribuir a provocar el estallido de la violencia entre la Corona inglesa y las trece colonias norteamericanas, Claire vive otra vez el dilema de quien, aun conociendo los acontecimientos del futuro, tiene que adaptarse a su vida del presente. Nacida en 1918 en Inglaterra, Claire Randall sirvió como enfermera en la Segunda Guerra Mundial. Terminado el conflicto, un extraordinario viaje en el tiempo la trasladó a las Tierras Altas escocesas en 1743, una época en que los únicos ingleses presentes en Escocia son los soldados del ejército del rey Jorge. Pese a haberse convertido en esposa de Jamie Fraser, y más tarde en madre y cirujana, Claire continúa sintiéndose extranjera, fuera de su lugar y de su tiempo. Sin embargo, su amor incondicional por Jamie es un estímulo suficiente para continuar sobrellevando el enorme peso de su excepcional clarividencia, esa capacidad de predicción que tanto fascina a su marido, aunque a veces suponga un riesgo para su libertad. 

Hace mucho que me leí la Cruz Ardiente, bueno poco tiempo después de que salió a la venta. Pero tenía pendiente la reseña, en estos momentos aún estoy leyendo el sexto libro y el séptimo esperándome en la estantería. Es el amor por la saga por la que no quiero que nunca acabe, será por eso que me está costando más leerme los siguientes.
La cruz ardiente fue genial. Sufría mucho porque no sabía lo que podía pasar, pero una vez que lo terminas es una relectura obligada. Absorbí más de la hija de Jamie y Claire, Bree y su marido, las escenas de Roger... estuve totalmente interesada en la lectura sobre la Reunión.
La Cruz Ardiente empieza en el año de la Reunión Escocesa. Recuerdo la primera vez que lo leí que me preguntaba cuando se acabaría esta reunión. Pero cuando lo terminas te das cuenta que debería haber prestado mucha más atención a los nombres de los personajes secundarios. Muchos de esos personajes aparecen más tarde en el libro y es mejor recordarlos. Era interesante prestar atención a las subtramas de los secundarios para los argumentos de los futuros libros. Es lo que me gusta de la historia de Diana, todo tiene importancia llegado su momento, y nada está al azar.
Además La Cruz Ardiente marca el principio de las milicias y enciende la chispa del fuego que alimentó a la Revolución Americana. Y Diana Gabaldon te sitúa tan bien en la situación histórica en sus libros, que hace que te pegues con cola a cada una de sus páginas. Y como pasó en la historia cuando estaban en Escocia o en Francia, usé los datos históricos para comprobar si alguno de los personajes que describía existieron, y así era, como Herman Husband y algunos otros, como el Gobernador William Tryon. Es fascinante como Diana consigue meter a todos esos personajes que realmente existieron y la relevancia que pueden tener nuestros protagonistas en toda la historia!
Hay algunas escenas memorables y fabulosas en La Cruz Ardiente. Un torrente de emociones que tan acostumbrados estamos que Diana Gabaldon nos proporcione. Algunas de mis favoritas, sin demasiado spoiler.
Reí a carcajada limpia cuando Claire construye al fin su microscopio e intentó tener una discusión médica con Jamie. Digamos que es la más fabulosa discusión sobre esperma de la historia.
Mi corazón se encogió al mencionar a Ian.
La calidez que sentí por el amor que sienten Jamie y Claire, siempre siempre me hacen sentir así.
El quedarme sin respiración con la desgracia de Roger.
Y una de las cosas por las que hay que leer este libro, porque en él se encuentra una de las frases más maravillosas que he leído en ningún libro, su frase final:
Cuando llegue el día en que debamos separarnos- dijo en voz baja, mirándome-, si mis últimas palabras no son "te amo", habrá de ser porque no tuve tiempo.