La cuarentena, el duelo que nos obliga a reinventarnos

Por Corderobeatriz

Durante esta época de confinamiento, donde nos hemos reencontrado con nuestro cónyuge, con nuestros hijos, con nuestro hogar; mostrando una realidad con cosas buenas y no tan buenas. También ha sido una oportunidad de fortalecer los lazos y crear nuevos puntos en común con los miembros de nuestra familia.

Nos hemos preguntado también sobre hacia dónde vamos, las cosas que importan realmente y sobre la muerte.

Acercarnos a la muerte no es fácil y parece desagradable o triste. Pero el contexto mundial de pandemia primero nos llevó a ver la muerte lejana, como protagonista de cifras internacionales.

Luego ahora, que en nuestro país se elevan las víctimas de Covid 19 y que tu vecino o tu amigo o familiar se contagia y fallece; la muerte te toca la puerta, la vez cara a cara y de frente.

El problema es que culturalmente nos han enseñado a reprimir sentimientos y que de la muerte es mejor no hablar. Nada más alejado de la realidad, que es natural al ser humano. Todos vamos a morir, no tenemos nada más certero. No sabemos cuando ni cómo, pero es inevitable.

Si esto es así, ¿porque no nos gusta o evitamos hablar del tema?

La muerte deja al descubierto nuestra vulnerabilidad como seres humanos, y nos recuerda que no tenemos control absoluto de nuestra vida.

El duelo es un proceso normal y esperado, luego de una pérdida significativa. Es necesario enfrentarlo y vivirlo. Bajo esta premisa, todo lo que implica una pérdida implica un duelo: rompimiento de una relación, perder el trabajo, cambiar de domicilio, muerte de alguien cercano, entre otros.

La cuarentena que nos ha tocado vivir en la mayoría de países, por la pandemia de Covid 19 tiene inherente un proceso de duelo que debe ser analizado.

Hemos perdido libertad de movimiento, dejado en pausa proyectos personales, algunos han quedado sin trabajo, otros han perdido de forma temporal a seres queridos, ya que solo podemos verlos a través de las pantallas; y en el peor de los casos hemos visto fallecer a amigos, familiares y conocidos, debido a esta terrible enfermedad. Además de esto, muchos no han podido despedirse de quienes han partido. Esto agudiza la situación.

Entonces, ¿qué implicaciones tendrán estas pérdidas en la salud mental y emocional de todos nosotros, en el futuro cercano? Aún no podemos saberlo. Lo que si sabemos es qué podemos hacer hoy, en el presente, para reorganizarnos y vivir estos duelos de forma sana y constructiva.

Ten cerca a quienes parecen lejos... utiliza las tecnologías, no reprimas el llanto, no dejes de decir te amo y te extraño. Es normal sentir miedo y tristeza de vez en cuando, y es mejor expresarlo de forma sincera y oportuna.

Cuando te sientas desanimado... enumera todas las cosas buenas que te ha traído esta cuarentena: más unidad familiar, momentos de autoconocimiento y reflexión. Todos tenemos cosas por las que estar agradecidos, aún en medio de los peores momentos.

Incorpora nuevas actividades a tu rutina... incorpora en tu día a día actividades de relajación y autocuidado, 10 minutos al sol también trae beneficios para tu salud y estado de ánimo. Caminar al aire libre, realizar ejercicios físicos, o practicar un arte o tocar un instrumento también puede ayudar.

Si no pudiste decir adiós... tómate tiempo para llorar y extrañar, esto forma parte de tu proceso de sanación. Concreta rituales de despedida como escribir una carta a quien ha fallecido. De acuerdo a tu fe o espiritualidad , puedes orar o encender una vela, como símbolo de recogimiento.

El duelo tiene varias fases, que incluyen pasar por negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Debemos llegar en algún momento al nivel de aceptación de la nueva realidad y sentirnos cómodos con lo que implique. Esto no se logra de un día para otro, lleva tiempo y mucho trabajo de equipo. Con apoyo de toda la familia es más fácil y llevadero lograrlo.